Parece que aún no estamos bien alcoholizados... -KAZ-

La caminata había ido tranquila y odiaba admitirlo pero ya se sentía ligeramente mareado por el vino además de aquella obvia y ruidosa risa tonta que lo invadía cada vez que perdía el equilibrio. Para su suerte ya era algo tarde y la avenida estaba casi vacía. Sin embargo, de pronto pensó que ahora que era humano había más probabilidades de estar en algún tipo de peligro en aquellas calles oscuras y solitarias.
Lo bueno, tenía a KAZ a su lado, se tomó del brazo de este antes de terminar por dar en el piso con un mareo especialmente fuerte.

La mayor parte del trayecto fue cantando, no estaba tan mal pero si sentía cosquilleo en las piernas que era lo que le impedía pararse con facilidad y tener que recurrir a KAZ. Finalmente llegaron al mirador, casi había olvidado en el camino su objetivo, pero ya estaban ahí.
Al estar cerca de la puerta se soltó del guitarrista y corrió hasta el ventanal principal, ese que en los días de actividad estaba lleno de gente esperando a ver la ciudad desde ahí. Las luces eran escasas ya a esa hora, pero no dejaba de ser una vista hermosa.

Llamó a KAZ con un movimiento de la mano. -Ven a ver esto, amigo- Agarrado del barandal se sentía ahora aún más seguro y hasta quizás menos ebrio. Aún tenía esa sonrisa tonta en la cara. -¿Habías visto algo así de bonito?- Suspiró.

La caminata no difirió a mucho a como se la visualizó al salir de bar. Conocía a Hyde y como lo esperaría de él en un estado semi-ebrio andaba de lado a lado. Era curioso, pero la risa del otro le daba risa a él y se terminaba riendo de cómo perdía el equilibrio de forma épica y pareciendo que la cara le daría contra el asfalto. Con la risa aún contagiada lo ayudó a sostenerse, intentando ahora ser él quien no lo dejara caer al piso por lo gracioso que le resultaba. A veces era tedioso lidiar con Hyde borracho, pero podía ser divertido al ver escenas como esas.

Durante todo el camino fue escuchándolo cantar “¡Qué pequeño el mundo es, tengo un montón de cocos tiririri!” Reía, advirtiéndolo de que no chillara tanto o llamaría la atención sin importar lo vacío de las avenidas. Quedó algo más atrás cuando llegaron y desde donde estaba distinguió un par de luces nocturnas, todas provenientes de Metrópolis. Se llevó una mano a la boca para amortiguar la risa al pensar una cosa: Hyde parecía drogado.

Se acercó a donde estaba el otro y poso la mirada en toda la vista que había de la ciudad. Algunos hogares o edificios alumbraban y cierta parte estaba apagada, mas el que fuera de noche y el cielo estrellado causaba que todo se viera mucho mejor. —He visto muchas cosas, pero esto es de verdad bonito. —Lo miró por el rabillo del ojo. — ¿Cuándo fue la última vez que estuviste aquí?—Rápidamente agregó. —De haber sabido que la vista era así, vendría más seguido.

Sonrió con nostalgia al escuchar sus palabras y todavía más al escuchar su pregunta. - La verdad no recuerdo bien- Mintió. -Quizás estuve aquí últimamente pero solo de paso. Creo que el día en que estuve como ahora ya fue hace mucho tiempo- Sonrió más ampliamente y con una leve risa despejó casi de inmediato ese momento de lucidez y esa sensación de añoranza...

Levantó la mirada al cielo de manera breve y luego miró a su amigo. -Debimos traer otra botella~- Hizo un pequeño puchero con los labios y con cuidado se dejó caer al suelo, primero sentado y luego moviéndose lentamente se recostó en el frío mármol de frente al cristal.

Desde el lado donde estaba se dio cuenta del pequeño lapso de tiempo nostálgico que invadió a Hyde, pero no quiso preguntar. –Ya veo... —Atinó a decir. Si algo sabía era que preguntar siempre de golpe no era una buena opción, y siempre era mejor que la persona te lo dijera por sí sola, ¿no? Aunque le dio para pensar lo que dijo, impidió que tal cosa pasara y le echó un vistazo a la cara que ponía. —Lo hubieras pensado antes. —Dicho esto se alejó de la baranda.

Imitándolo, se sentó en el suelo mas no se recostó, sólo cuidando de quedar sentado a un lado de su amigo al cual vio recostado en el piso.—¿Robemos vino?—fue una pregunta de la nada y negó con una sonrisa.—Es mejor así, apenas caminas bien.— soltó una risa al recordar lo que cantaba.

Suspiró, llevó ambas manos debajo de su cabeza para usarlas de soporte para esta y así poder apreciar mejor el paisaje que tenía enfrente. -Si, ya no me siento tan ebrio- Rió, aunque esto no era completamente cierto, aún se sentía mareado y al momento de cerrar los ojos era como si el piso diera vueltas debajo de su cuerpo. Rió más, llevado por esta sensación.
Cuando KAZ dijo lo siguiente, con cuidado se incorporó y se acercó a su amigo. Apoyó la cabeza en su hombro.

-No digas tonterías, Kazu~ todavía tengo mis siete sentidos activos...- Rió un poco más fuerte, esa risa ya permanente que los efectos del alcohol le provocaban cada cierto corto tiempo.
Poco a poco se acomodó y recostó la cabeza ahora en una de los muslos del guitarrista, nueva mente de espaldas, mirándole desde ahí...

El tan siempre mataba las cosas, ¿sabría Hyde eso? Lo siguió con la mirada y no se inmutó por el gesto a continuación. Sólo dejó que acomodara la cabeza sobre su hombro y pronto la risa le fue contagiada de forma vil, si es que así se podría decir. Con la diestra se cubrió los labios para evitar que la risa fuera estrepitosa, solo pudiendo después sentir la cabeza de Hyde al acomodarse sobre su regazo.

De haber sido otro se quejaría pero ya estaba demasiado acostumbrado a esas acciones por parte del vocal.

— ¿Siete sentidos? E insistes con que no tienes nada. —comentó con notable diversión por la tontería que acababa de decir el otro antes de estar en esa posición. Le acomodó un par de cabellos en un simple movimiento. —Pero no te preocupes, mis ocho sentidos también están activos y alerta. –le jaló con suavidad una mejilla con una sonrisilla divertida.

-Te juro que tengo siete sentidos...- Pero antes de que pudiera continuar, KAZ hablaba de sus ocho sentidos. Recibió aquel gesto con una sonrisa infantil, pero no pudo ahogar la risa que vino a continuación. Aunque no fue ruidosa, por estúpido que pudiera sonar, le había parecido gracioso... para su estado...

Cuando se serenó, elevó ambas manos y comenzó a enumerar con los dedos. -Vista, tacto, olfato, gusto, oído...- Se quedó mirando su mano. -Yo tengo dos más... y tú tienes tres más...- Bajó la mano solo para poder verlo nuevamente. -¿Qué puedes hacer que yo no puedo?- Si, KAZ era brujo pero él era mitad demonio aún, o eso creía. De pronto pensó en que aventurarse a averiguarlo con la magia de KAZ era buena idea.

Volvió a levantarse, cuidando de hacerlo lentamente para no marearse. Gateó hasta quedar frente a su amigo e imitó su posición. -KAZ, ¿puedo saber si aún soy un híbrido? ¿Puedes ayudarme tú?- Le miró fijamente, expectante...

Con entretención lo vio contar y mencionar los sentidos. Se fijó en cada dedo que iba enumerando y arqueó una ceja. —Ahí sólo veo cinco. —mencionó señalando los cinco dígitos pero sólo con la intención de llevarle la contraria. Iba a preguntarle si de verdad creyó que tenía ocho sentidos, porque sí, tenía quizás más “sentidos” que una persona promedio pero ocho no era enserio. Frente a la pregunta elevó el rostro hacia arriba en un gesto pensativo.

—Puedo hacer muchas cosas que tú no puedes. —contestó sin aclarar del todo la respuesta, ni mencionar las cosas que podía hacer. —Podría hacerte un embrujo quizás.—dijo divertido y para nada enserio.

Cuando notó las ganas de reincorporarse le dejó espacio y apartó las manos. —Pues…—no lo estaba pensando, nada de eso. Lo repasaba más bien en la mente y asintió segundos después.—Todavía puedes saber si lo eres,—agregó rápidamente. — Y sí, puedo ayudarte a saberlo.—informó y esperó la reacción de éste que a juzgar por todo, supondría que sería una positiva.

La inquietud que había sentido momentos antes se transformaba en una pequeña emoción, esperanza quizás. No estaba seguro de por qué, pero ser un simple humano, a pesar de haber sido su decisión, no terminaba de gustarle. Sonrió a KAZ y antes de que siquiera terminara de hablar, se le adelantaron las palabras que salieron atropelladas por su boca.

-Ayúdame- Afirmó de inmediato, tal vez era el efecto del alcohol pero no estaba parándose a pensar en requisitos o consecuencias, solo ansiaba saber si aún le quedaba algo de "fenomenal".

No tenía ningún problema en ayudar a Hyde, lo ayudaría con lo que fuera necesario pero algo lo detenía y hacía que se lo pensara. Para saber eso no se necesitaba un proceso extraño, ni tampoco tenía que hacer cosas místicas, sólo necesitaba el permiso del vocalista. Lo siguiente que diría para cualquiera sonaría a cosas inventadas.

—Te ayudaré, pero no puedo saber eso sólo así porque sí. —Decidió no ir con tantos rodeos con todo aquello, no lo encontraba necesario. —Debo besarte para saberlo. —Era vergonzoso considerando lo tímido que llegaba a ser, pero más simple y resumido no pudo haberlo dicho.

Le observó en silencio, esperando su respuesta y de pronto la vergüenza llegó a los ojos ajenos y aquellas palabras salieron de sus labios. Se quedó otro momento en silencio, mirándole. No tenía absolutamente ningún problema con el método, aunque si consideraba que era extraño, tanto que primero lo dudó. Una media sonrisa se asomó en sus labios. KAZ no tenía por qué mentirle, y tampoco era de los que jugaba con eso. -¿Hablas en serio? ¿Es tan... simple?- Realmente se había imaginado algo parecido a lo que Gemma había hecho para volverlo humano, más fuego y más magia.

Pero solo era un beso, se sentía incrédulo aún. Aún así, sin pensarlo dos veces y sin prestar atención a sus mareos, se incorporó ahora sobre sus rodillas apoyándolas en el piso, al mismo tiempo apoyó las manos en los muslos del guitarrista y casi de forma acosadora se acercó a su rostro.

Por puro instinto o costumbre, se lamió ligeramente los labios justo al sentir la punta de su nariz rozar con la contraria. -Bésame- Murmuró solo para que él le escuchara, aunque ya prácticamente sus labios estaban por rozarse...

Si era sincero, quiso pensar que no se lo tomaría tan fácil. Era un proceso simple, sí, pero personalmente no era su favorito a la hora de saber esas cosas. Sólo asintió suave para dejarle todo claro y se quedó medio tieso al notar la postura que tomaba y como la distancia entre sus rostros disminuían. Era sólo un beso pero era como una reacción innata. Por un pequeño lapso observó el rostro de Hyde sin prestarle demasiada atención a ese característico gesto suyo, ignorando el ligero cosquilleo en la punta de su nariz.

Era mejor hacerlo ahora o nunca, así saldría de eso y todos estarían felices.

No se dio el lujo de suspirar y utilizó la mano que tenía en el regazo para tomarlo del mentón y terminar de romper la distancia entre los dos. Acercó sus labios a los otros y les dio un beso con los ojos cerrados. Lo hizo de forma suave y sencilla, procurando sólo poder “buscar” lo que Hyde deseaba saber con tantas ansias.

Justo antes de besarlo casi se carcajea por sus reacciones, si había algo que le gustara más que tocarle el trasero a KAZ (?) eso era intimidarlo haciendo cosas como esa. La única diferencia quizás esta vez era que estaban solos, sin nadie que considerara aquello como un común fanservice.
Además de que esta vez si iba a besarlo. Pero todo no era más que un proceso, así que la reacción del menor fue aún más hilarante para él.

Finalmente pudo sentir los labios de KAZ muy pegados a los suyos y sus dedos en el mentón. Se impulsó un poco más sobre él buscando un mayor contacto como si con eso la respuesta final pudiera ser más satisfactoria. Luego de unos segundos y sin lograr evitarlo sus labios comenzaron a moverse solos pero apenas eran ligeros y suaves caricias a los ajenos... sin embargo, cuando sintió que la que se movía por si sola era su lengua y que hacía apenas un leve contacto con los delgados labios de su guitarrista decidió apartarse con calma.

Rió con un poco de imperceptible nerviosismo cuando ya estaba sentado junto a su amigo, el alcohol y sus hormonas siempre eran una bomba. Suspiró luego de un extraño silencio y levantó la cara finalmente para mirar a KAZ. -¿Y? ¿Qué descubriste?... Además de que casi te violo aquí...- Bromeó y rió ya más tranquilo.

Más que concentrarse en el contacto que mantenía su boca con la ajena, prestaba más atención al motivo principal de todo ese beso. No dejaba de mover con suavidad sus labios contra los otros y cuando sintió la humedad de la lengua de éste rozarle los labios en un leve toque, agradeció que el beso fuera roto. Apartó el rostro sin dudarlo y una risa algo nerviosa también se le escapó, sumada a su cara que era todo un poema ante lo extraña que le era la situación. Durante el silencio que se adueñó del lugar pensó en lo que había “descubierto” mediante el beso y asintió muy convencido para sí.

Justo como Hyde lo pesaba y le informó en la charla en el bar, las suposiciones fueron ciertas. En el beso pudo darse cuenta de que no era un humano del todo, que tenía ese lado demoniaco que a fin de cuentas, pareció no querer abandonarlo. Salió de sus pensamientos abruptamente por las cosas que decía su acompañante, arrancándosele una sonrisa divertida por la broma.

—Además de eso, descubrí dos cosas. —No tardó en empezar a enumerarlas. —Lo primero es que tenías razón. Eres aún un híbrido, con la diferencia de que ahora eres mitad demonio y mitad humano. —Hubo un pequeño silencio antes de que prosiguiera. —Lo segundo es que, aunque sigue ahí, no está activo. Es como si estuviera y a la vez no, similar a un estado de letargo. —Tenía que admitirlo, le resultó peculiar hasta a él mismo.

Escuchó al guitarrista con atención, con esa emoción que a cada palabra se convertía en algo más, aún no sabía qué era pero le gustaba. Sonreía. Cuando dijo lo último, sin embargo, su sonrisa se convirtió en una mueca que denotaba lo poco que comprendía. -Mmh... ¿soy pero no soy?- Preguntó, intentando darle cierto toque divertido a sus palabras aunque si era sincero, le preocupaba un poco el "ser y no ser".

-¿Crees que haya alguna forma de activarlo...?- Se quedó callado tan pronto había abierto la boca, escuchaba lo que acababa de decir rebotando en su cabeza, era acaso que quería pasar de no ser a ser... Estaba confundido. Pero tampoco era como si controlara su lengua. De pronto hizo una mueca infantil, inflando ligeramente los cachetes y estirando los labios, mirando a KAZ, pues el paisaje había quedado a sus espaldas. Dejó escapar el aire luego de un momento en un suspiro resignado. -Solo quiero saber si hay riesgos...- Mintió luego de que por su cabeza pasaran el sin fin de recuerdos malos que ese lado demoniaco le había hecho pasar anteriormente.

No necesitó leerle la mente para tener la leve intuición de que el hecho de tener todavía algo “especial” le agradaba a Hyde e interesaba. Por supuesto que sabía la forma en cómo ese lado podría “activarse” y dar rienda suelta, pero la idea no le parecía tan atractiva del todo. Era un lado demoniaco y como demonio, era obvio que las cosas que le gustaban hacer a dicho lado no eran para nada buenas. Sin embargo, era Hyde con quien hablaba y no pensaba negarle el saber algo sobre eso. Con un lado así nunca se jugaba.

—Sí, hay una forma. Pero no creo que sea una manera demasiado buena, pero es la única. —Se pasó una mano por la nuca, bajándola para dejarla reposar a un costado de su cuerpo. —Para que el lado demoniaco se active, debes experimentar emociones negativas. Ya sabes, odio, tristeza, ira…— Las nombró al azar viendo el piso de mármol. No tardó en fijar la mirada en Hyde. —Los riesgos creo que los conoces, pues eras mitad demonio incluso antes de ser humano. Aunque ahora que eres humano, ese lado podría tener más control sobre ti. —

Al terminar esa oración se tornó algo más serio. — Imagino que no pensarás activarlo, ¿cierto? —No era que desconfiara, pero nunca estaba de más intentar saberlo, aunque le mintiera.

Le escuchó con atención, guardando en su cerebro cada palabra que salía de entre los labios del guitarrista. ¿Entonces solo debía enojarse? Se conocía cuando estaba enojado, no siempre explotaba, a veces solo era implosivo pero siempre tenía pensamientos malos en momentos así. Antes, después y ahora, siempre había sido igual. Pensaba en eso tan a fondo que apenas escuchó sus últimas palabras y posteriormente la pregunta que le hacía. Reflexionó, "ahora que era humano, el demonio podía tener más control". Eso era, eso haría la diferencia.

-KAZ, sé que no eres un humano como yo...- Palmeó el hombro de su amigo, diciendo aquello en un tono claramente sarcástico. -Pero los humanos no podemos controlar nuestros sentimientos, ni la intensidad de ellos.- Se giró, aún a un lado de KAZ y le miró fijamente adquiriendo un tono y una mirada más serios. -Si llego a sentir odio, tristeza o ira, no estará bajo mi control...-

Permaneció observando al híbrido durante unos segundos más hasta que finalmente sonrió, se incorporó para besar a KAZ en la mejilla como un simple gesto de cariño y se puso de pie frente a él. Le tendió la mano para ayudarle a levantarse. -Vamos, Kazu~, debemos ir a casa, es tarde-

Pero claro, qué tonto había sido. Nunca pensó en eso y las palabras de Hyde sólo le sirvieron para hacérselo recordar. Y es que él nunca había sido humano, pero sabía que ellos podían sentir las emociones con más fuerza que uno de ellos, que eso era algo que nunca podrían controlar. La mirada seria que le brindaba sólo lo hacía pensar en eso y anhelar que sentimientos tan negativos no alcanzaran a su amigo. No deseaba que pasara algo malo, con un demonio nunca se juega, eso era lo que siempre se recordaba. Muchas palabras no tenía para decir ante aquello ya que sabía que era la absoluta verdad.

— Sólo espero que no tengas que pasar por esos sentimientos tan negativos, Hyde. —Aseguró denotándose lo mucho que se preocupaba por el vocalista. Esbozó una sonrisa al recibir el pequeño pero cariñoso gesto y no tardó demasiado en extender una mano para tomar la que le era ofrecida y ponerse de pie.

—Vamos~ — No sabía qué hora era pero a juzgar por el rato que llevaban ahí y que desde que salieron del bar ya era de noche, podría deducir que sí era bastante tarde. Por eso mismo se dispuso a caminar fuera del mirador junto a Hyde con la mera intención de sólo poder llegar tranquilo a casa.