Todo pasando (?) -GACKT-

Después de ese pequeño ataque en el auto de Gackt, había caminado sin rumbo hasta que el cementerio se cruzó en su camino. Se había metido en aquel mausoleo abandonado en donde antes le gustaba ir a meditar. Ahí pudo descargar todo aquello que tenía en el pecho. Gritó hasta quedarse sin aire, pateó las macetas vacías que habían ahí y golpeó las paredes con los puños, estuvo por un rato deshaciéndose de todo aquello, lejos de cualquier ser viviente al que pudiera hacer daño. Le frustraba tanto pelearse con el cantante, pero en ese momento su cerebro solo le repetía que era su culpa, siempre queriendo ser perfecto para él, al final terminaba arruinándolo. Era demasiado cansado y lo peor de todo era que al mismo tiempo no tenía ningún motivo válido para ponerle fin. Porque a pesar de las peleas y los malos ratos, lo amaba demasiado, había cambiado por él. Tal vez estaba amándolo de la manera errónea, pero no conocía alguna otra.

Exhausto y con los nudillos llenos de sangre se dejó caer al piso. Observó el líquido rojizo en sus manos con la mirada un poco nublada por el sudor que la reciente actividad le había provocado. ¿Y si solo se hubiera quedado como vampiro? Ese demonio estaba haciéndolo pasar peores ratos. Incluso debía confesarse que al salir del auto de Gackt lo primero que había pasado por su mente había sido asesinar a Vivian. Deshacerse del problema, simple. Afortunadamente, aquel ente no era más fuerte que él, podía controlarse, ahora lo sabía. Solo debía pelear con él.
Esperó un poco más, pero no podía quedarse quieto y tenía mucho sueño. Se levantó y se apresuró hasta la calle principal, continuó sin fijarse en nada. Era de madrugada, así que no había gente en las calles. Caminó casi por inercia hasta el edificio en donde vivía.

Se internó pasando hasta el ascensor como una sombra y cuando menos se dio cuenta, ya estaba frente a la puerta del penthouse. Todo estaba en silencio, muy seguramente Gackt ya estaba dormido, pues había pasado un buen rato fuera. Estaba sucio de estar en aquel lugar descuidado, pero no quería ducharse, quería dormir. Cerró la puerta luego de entrar y solo dio unos pasos hasta el sofá de cuero más grande. Se dejó caer en este y con sus mismos pies se quitó las botas. Casi al instante se quedó dormido ahí, sin ponerse a pensar en las reacciones de sus hijos si lo veían ahí con las manos llenas de sangre.

Al llegar a casa la primera cosa que había hecho fue revisar que los niños estuvieran bien. ambos estaban dormidos en las respectivas camas de sus habitaciones. El androide se fue y él simplemente se dedicó a dormir para pasar el mal rato, seguro a la mañana siguiente todo seguiría como antes, le pediría disculpas al mayor por haber sido un idiota y quizás hablarían del asunto para que no se volviera a repetir.
Se dejó caer pesadamente sobre la cama luego de haberse quitado las prendas y ponerse el pantalón del pijama, se metió bajo las sábanas y casi forzándose a dormir en un par de minutos ya descansaba plácidamente o al menos eso esperaba.

Al día siguiente y como era costumbre despertaba muy temprano, antes que Akira y Demian. Generalmente este último quien ya había aprendido ha salir de su cama se metía a la habitación de los adultos y acompañaba a Hyde un rato antes del desayuno mientras que Gackt se estaba duchando o arreglando cosas del trabajo para el día. Solo que ese día iba a ser claramente diferente.
Se removió en su lugar y soltó un pequeño quejido antes de abrir los ojos con algo de dificultad. Se estiró perezosamente y continuando con la rutina se incorporó hasta ponerse de pie. Tenía algo de sed, se saboreó la boca y soltó un pequeño bostezo mientras salía de la habitación rumbo a la cocina y en el trayecto se tallaba los ojos.
Aún había silencio, era obvio que los chicos dormían y quizás Hyde se había quedado en la casa de alguien, era mejor así, mejor en todo sentido. Bajó por las escaleras y al llegar a la sala se detuvo. Ahí estaba quien acababa de presentarse en sus pensamientos, dormido en el sofá. Por un momento le pareció gracioso, como si de un deja vú se tratase, solo que los personajes estaban cambiado. Generalmente era él mismo quien estaba en la situación de su novio.

Se acercó un poco y a medida que la distancia disminuía pudo darse cuenta de la sangre en las manos de su pareja, frunció el ceño y al terminar con la distancia vio como sus nudillos estaban dañados y sus manos tenían varios raspones. Suspiró. ¿Y ahora qué?. Dio una mirada a un pequeño reloj que había sobre un mueble, aún faltaba un poco para que los niños despertaran y era mejor que no vieran a Hyde así.
Al parecer aún estaba dormido así que con cuidado l tomó en brazos y le llevó escaleras arriba hasta la habitación. No se había despertado en el trayecto por lo que supuso que estaría muy cansado. Lo recostó sobre la cama y acomodó unas almohadas en la cabeza de su pareja.

Tomó una de sus manos con suavidad y la revisó, las heridas tenían un poco de tierra lo que le hizo fruncir el ceño. ¿Qué demonios le había pasado?, solo esperaba que no fuera nada como lo que había ocurrido hace un tiempo, en serio lo esperaba y la verdad para su alivio nada le indicaba que así había sido.
Fue hasta el baño en donde tomó el botiquín con alcohol, algodón y unas cuentas vendas además de otras cosas. Mojó un trozo de vendas y llevó las cosas hasta dejarlas sobre el colchón, se sentó a un lado y con delicadeza limpió ambas manos para luego poner un poco de alcohol, seguro con el ardor de aquello terminaba por despertarlo, aún así continuó con aquello hasta que terminó por poner las vendas.

Miró a su novio por un momento, tenía curiosidad, estaba molesto, pero también se sentía culpable, que se había convertido en algo común. Llevó una mano al rostro ajeno y acarició apenas su frente con cariño. Mientras le dejaría descansar, luego vendrían las preguntas y las respuestas. Volvió a suspirar como antes lo había hecho y luego de dejar el botiquín en el suelo salió de ahí cerrando la puerta a su espalda justo cuando el pequeño y despeinado Demian caminaba por el pasillo bastante soñoliento. Sonrió divertido y le tomó en brazos. - Buenos días, hijo ¿Dormiste bien? - Preguntó mientras retomaba el camino a la cocina, ahora para además de beber algo darle de comer al bebé quien le sonrió ampliamente y se abrazó a su cuello. - Si~ Pa, ¡cereal! - Exclamó el pequeño ya acostumbrado al cereal y leche de cada mañana.

Durmió plácidamente, aunque por pocas horas a su parecer, a pesar de la situación. Sin embargo, en un momento estuvo consciente a medias, realmente no fue por querer hacerlo, un ardor en las manos le había obligado a moverse inquieto. Aún así no despertó. Solo había sido una reacción a las atenciones de Gackt. Pronto volvió a perderse sin siquiera poner atención en las vendas en sus manos, ni en que ahora estaba en su cama.
Pasó otro rato, unas horas más, era todo lo que pedía. Cuando nuevamente volvió a estar consciente de la vida, ya estaba enredado en las sábanas y la luz del día estaba en un punto que dejaba colarse los rayos del sol entre las cortinas. Su estómago hizo ruidos, ahora tenía hambre.

Se quejó levemente, le dolían las manos y hasta ese momento comenzó a sentir la tela que las rodeaba y así mismo, la tela que rodeaba su cuerpo. Estaba en su cama. Se giró del lado en donde siempre dormía Gackt, entreabrió los ojos pero su novio no estaba ahí. Tal vez había tenido la esperanza de que todo aquello solo hubiera sido una pesadilla, pero no. Si estaba sucio y cansado y tenía las manos heridas. Finalmente abrió por completo los ojos y se talló estos con la venda que cubría una de ellas. Se quejó de nuevo. Seguramente el menor ahora estaba más enfadado por haberle hecho llevarlo hasta allá y encima tener las manos llenas de sangre. Quizás qué cosas estarían pasando por su mente.

Se giró boca abajo y se hundió en la almohada, quejándose nuevamente y repetidas veces. Pero ya no era como anoche, ahora solo seguía sintiéndose frustrado y lo único que necesitaba era un abrazo, un abrazo de Gackt. Una vez más se giró hacia el costado e hizo un infantil puchero para él mismo. Se encogió entre las sábanas acercando las rodillas a su pecho y permaneció en aquella enorme cama, esperando a que su pareja apareciera por la puerta. No tenía los ánimos necesarios para moverse. Ansiaba una ducha con todas sus fuerzas, pero ni todas sus fuerzas fueron capaces de levantarle de ese colchón.

Sentó al pequeño en su respectiva silla y le sirvió el desayuno para sentarse a su lado. Generalmente era todo un problema darle los cubiertos a Demian, era un desastre aún cuando había aprendido a comer solo por lo que él mismo fue quien se encargó de alimentarlo aunque lo notaba algo inquieto supuso que sería porque en las mañanas veía algo de televisión.
- ¿Quieres ir al sofá? - Preguntó de pronto a lo que el niño asintió efusivamente. Dejó lo que hacía para bajarlo de la silla, pero antes de ir tras el pequeño se sirvió un poco de zumo en un vaso y una vez hecho aquello tomó el tazón de Demian para ir a la sala.

- ¿Ma? - Preguntó el pequeño luego de haberse subido al sofá con algo de dificultad. Tomó el mando de la TV y la encendió para luego presionar botones y pasar canales deteniéndose en alguno donde hubieran caricaturas o algo que llamara su atención. - Está durmiendo, bajará luego. Ahora come tu desayuno - Se sentó a su lado y llevó la cuchara a su boca. Definitivamente era mucho más fácil darle de comer al menor cuando su atención estaba puesta en alguna cosa.
Así pasó un rato hasta que Demian hubo acabado todo el contenido del tazón y él mismo había tomado el zumo. Se estiró con algo de pereza y bostezó. Ya casi eran casi las 11 de la mañana y Akira aún dormía o eso suponía pues hasta esas horas aún no había bajado y en cuanto a Hyde, seguro que hacía lo mismo.

De pronto su pequeño hijo bajó de un salto del mueble y caminó hacia las escaleras. Ladeó un tanto el rostro y le miró curioso. - ¿A dónde vas? - El pequeño se sostuvo del barandal y subió un par de escalones. - Hemano Akira - Respondió el niño sin detenerse.

El vocal por su parte volvió a estirarse y se puso de pie yendo tras él, subió los escalones y tomó su mano para ayudarle y así hacer su camino mucho más fácil. - Dile a tu hermano que debe desayunar - Llegaron arriba, a la habitación del mayor de los chicos y Demian sin siquiera tocar antes de entrar estiró sus brazos para girar el picaporte y adentrarse a la habitación.

Los dejó ahí y ahora volvió a su propia habitación, ahí estaba su novio aún sobre la cama, pero ya estaba despierto. Se acercó y se sentó en el borde del colchón. - ¿Cómo te sientes? - Peguntó con voz monótona. Si había estado preocupado y quería saber que era lo que había ocurrido,pero aún se sentía un poco molesto. Su orgullo siempre estaba por delante.
Tomó una de las manos ajenas y la revisó con calma. - ¿Qué fue lo que pasó? - Le miró directamente la cara cuando repentinamente una imagen desde hace ya varios años llegó a su cabeza, había sido la primera vez que veía a su pareja beber sangre. Respiró hondo. ¿Tendría que ver con eso?, pero... no, esto era diferente...

No esperó mucho para que la puerta se abriera dejando a la vista a la persona que más necesitaba y seguramente la que menos deseaba verlo. Agachó la cabeza y se encogió otro poco si era posible. Pudo notar que Gackt todavía estaba molesto pero reflejaba al mismo tiempo un poco de preocupación, al menos eso le daba una esperanza. Suspiró. -Me siento muy mal- Dijo por fin, con la voz ahogada, sacándolo tal y como lo estaba pensando. Dejó que preguntara lo siguiente, sin embargo, casi al instante se encontró hablando más, aunque sin mirarle. Ignoró su pregunta por completo, aquellas heridas en sus manos eran lo de menos. -Siento una horrible presión en el pecho que no me deja respirar. Siento tanto amor por ti, Gackt, que siempre actúo mal. Te estoy amando de la manera equivocada y por más que trato de cambiar eso y hacerlo bien, solo sigo arruinándolo.-

Se soltó del cantante con cuidado y ocultó aquella mano debajo de la almohada al igual que su cara sobre esta. De verdad se sentía mal, incluso más que otras veces. Le remordía la consciencia de saber que había estado a punto de hacer cosas terribles. Se quejó como hiciera antes, odiaba demasiado ese proceso en el que su novio se alejaba y él tenía que lidiar consigo mismo y lo insoportable que era estando depresivo.
Sacó la mano y la puso sobre el colchón. -No fue nada, la pared estará bien- Un mínimo atisbo de una sonrisa se asomó a sus labios por un corto momento. Luego le miró volviendo a ponerse serio. -Perdóname- No podía pedir nada más, por enésima vez necesitaba su perdón. Ya les habían pasado muchas cosas, pero tal vez era parte del proceso. Habían aguantado así dos largos años e iban por el tercero, por una parte era ganancia.

Le miró tranquilamente, aquel enfado desde la noche anterior comenzaba a disiparse, pero aún así no iba a mostrar algún ápice de felicidad y es que tampoco es que se sintiera así. Era complicado. Tan complicado como todo lo que ser Gackt significaba. Escuchaba atentamente las palabras del mayor, al parecer si se sentía verdaderamente mal por lo ocurrido y vamos, también era culpa suya. Hyde simplemente se había tomado una copas de más.

Suspiró con cansancio y se inclinó un poco sobre el cuerpo ajeno, pasó un brazo por la espalda de su novio y con un poco de fuerza le incorporó hasta que pudo abrazarle por completo. Apoyó el mentón en uno de sus hombros y le acarició con suavidad. Quizá Hyde no lo hacía intencionalmente, pero cada vez que actuaba así, cada vez que se mostraba tan indefenso se sentía un completo miserable. ¿Cómo era que podía comportarse así?.
- No me pidas perdón - Susurró muy cerca de su oído antes de separarse unos cuantos centímetros solo para tener su rostro justo en frente, le sonrió apenas y llevó una mano hasta tomar su mentón para así acercarse y besar sus labios apenas rozándolos. - Realmente lo siento... anoche... fue todo en realidad. Yo no quería hablarte así, no debí. Perdón - Si... o mismo de siempre. cosas por las que tenían que pasar. cosas que seguramente pasaban en todas las relaciones.
El castaño tendría toda la razón si desconfiaba de él, era su culpa y tendría que aprender a lidiar con ello por mucho que le molestara.

- Te amo, Hyde. No estás arruinándolo - Dejó en claro mientras volvía a abrazarlo. Cerró los ojos un momento. De pronto sintió que él mismo se había vuelto un poco pasivo. Tiempo atrás seguro ahora mismo estaría gritándole a su novio o ignorándolo sin más. Algo había cambiado... tal vez era esa forma en la que ambos se amaban equivocadamente...

Primero se dejó abrazar sin moverse, era increíble como esa simple acción por parte del otro podía volverlo nuevamente manso como un gatito. Cerró los ojos y lentamente le rodeó la cintura hasta acomodar la mano herida por detrás de su espalda y aferrarse a sus prendas. Se pegó más y le apretó con ese brazo, sus ganas de llorar habían desaparecido como por arte de magia, tan solo con escuchar sus palabras. Era todo lo que necesitaba.
Sonrió ocultamente del menor y se acurrucó entre sus brazos. Luego se apartó obligado por él y le correspondió el beso sin chistar. A veces podía llegar a pensar que ambos se hacían daño de una u otra forma, pero siempre volvían a estar "bien" y eran esos momentos los que más le gustaban.

-Te amo también- Volvió a murmurar después de él y lo abrazó igual que antes. Ahora no quería soltarlo, era verdad que tres años no era una vida pero a veces a él le parecía como si aún estuviera en esa etapa del enamoramiento. Todavía se sentía embobado cuando lo abrazaba y besaba de esa forma. Estuvo así un momento hasta que besó su mejilla para volver a apartarse y mirarle. Subió una mano vendada a su cabello y lo sostuvo cerca de su frente, pegándolo a la suya.
-Mucho, Gackt.- Le besó de nuevo, con ternura y se apartó dejando una mano sobre su mejilla, acariciando esa zona mientras le miraba a los ojos. -Por favor, mi amor, solo te pido que te des cuenta de que no necesitas de nada más. Tienes mi amor y el de Demian.-

Se mordió el labio, no era como si quisiera volver tan rápidamente al tema, solo quería dejarle aquello en claro. -Si necesitas de algo más, sólo dímelo, no cometamos más errores. ¿Si?- Le sonrió y volvió a besarlo, esta vez con más necesidad pegándose a su cuerpo hasta no poder más mientras lo hacía.