Almuerzo de medio día 1313 -GACKT-

Spoiler:

Se metió al convertible del lado del copiloto y escuchó con diversión las palabras de Gackt pero no contestó hasta que estuvieron detenidos en el tráfico y este le miraba. Levantó la cara y le sonrió con coquetería. -Contigo estoy ansioso todo el tiempo... si pudiera no te dejaría salir de mi cama- Al no haberse puesto aún el cinturón aprovechó y se inclinó sobre Gackt hasta llegar a su mejilla. La besó con cariño mientras su mano derecha se dirigía "discretamente" al muslo del cantante y se colaba por la parte interna desde su rodilla hasta la mitad de este. Ahí se detuvo y apretó ligeramente con sus dedos con la cara todavía cerca de la del menor.

Suspiró cerca de su cuello soltando a propósito un extasiado gemido y lentamente se apartó pasando a rozar todavía la pierna de su novio. Se acomodó en su lugar. -Entra y pide la habitación, me mandas el número por mensaje y te alcanzo, soy dueño y señor de este lugar, no me cuestionarán- Explicó tranquilamente con diversión vislumbrando pronto el edificio al que se dirigían. Miró a Gackt. -No sé si debo preocuparme porque sepas con exactitud en donde hay un hotel- Rió.

Si no es porque estuviera más concentrado en conducir que en lo que Hyde le hacía, seguro hubiera chocado con algún vehículo cerca por eso en parte se sintió aliviado de que el mayor volviera a su lugar.

Asintió con una sonrisa divertida, al final eso harían. Llegó al edificio que por cierto era bastante grande y lujoso, irían al estacionamiento y de ahí a la recepción, al menos él. - No eres celoso ¿verdad?, entonces no hay de qué preocuparse. - Respondió al fin mientras se estacionaba y detenía el motor. Como era de esperarse no había gente merodeando por el lugar así que aprovechó de quitarse el cinturón de seguridad e inclinarse sobre Hyde hasta atrapar su boca con la propia, llevó una mano hasta su nuca impidiendo el que pudiera separarse en tanto se daba el "gusto" de saborear a su novio.
Al separarse se le quedó viendo un momento, tomó las llaves y se las tendió.

Salió de ahí y en poco tiempo estuvo ya en la recepción, se acercó al mesón, ahí habían al menos tres jóvenes mujeres, vestida cada una con el mismo elegante uniforme. Apoyó los antebrazos sobre el alto mueble y le sonrió con cierta coquetería a lo que una de las chicas se acercó haciendo una reverencia con algo de timidez.
- Bienvenido ¿en qué puedo ayudarle? - Habló con nerviosismo lo que le provocó una sonrisa divertida.

- Quiero una habitación, amplia y cómoda. Ya sabes, para mi - Rió y de su billetera tomó una tarjeta, la deslizó por la cubierta y esperó a que la chica le diera el número con la "llave" para ir, ya sabía como era el procedimiento. Luego de que terminara de ocupar los servicios debía volver.
- ¿Gackt Camui? -

Entrecerró un momento los ojos dubitativo, no era su nombre real, pero era mejor así. Asintió - Si, Gackt Camui - Repitió.

- Muy bien, entonces en el séptimo piso, la habitación 734. Disfrute su estadía. - Nuevamente una reverencia tras entregarle otro trozo de plástico, la famosa "llave". La recibió y dio las gracias.

Mientras caminaba hacia el ascensor miró a su alrededor, no parecía que el castaño estuviera por ahí. Cuando estuvo dentro y comenzaba a subir tomó su móvil y tecleo los números correspondiente, el destinatario: Hyde.
Llegó a su destino y las puertas se abrieron a la par dejando ver un espacioso pasillo, caminó por ahí hasta que dio con su habitación, deslizó la tarjeta y la puerta se abrió.
Las cortinas abiertas iluminaban todo el lugar, cerró la puerta a su espalda y dio un pequeño recorrido. Un mini bar, un par de sofás, un televisor y un poco más allá doblando a la derecha una cama lo bastante amplia y prácticamente llena de almohadas, muy cerca una puerta que daba al cuarto de baño y tras esas largas cortinas un pequeño balcón.

- Mh, no está mal - Volvió hasta donde estaban los sofás y se sentó en uno de estos y mientras esperaba a Hyde encendió la TV...

-¡Celoso, por qu...- Pero la pregunta se ahogó en los labios ajenos, dócilmente correspondió a su apasionado beso. Esto simplemente estaba aumentando el calor en su cuerpo. Cuando se apartó un impulso le hizo querer volver a atraerlo y sacarle la ropa ahí mismo, sin embargo se quedó quieto cuando el otro le miró, con una sonrisa tonta en la cara. Tomó las llaves del auto para después verlo alejarse e ingresar en el edificio.
Se quedó mirando la puerta automática de cristal mientras se cerraba y como la silueta de su novio desaparecía. Suspiró embobado y permaneció en el auto un momento mirando las llaves que tenía en la mano, con esa sonrisa ya mencionada en la cara.

Pero de pronto caía en cuenta de algo y sintió un miedo extraño, uno que no sentía en cien años. Iba a dolerle, iba a dolerle mucho, quizás como la primera vez. Iban a pasar muchas cosas, no podría sobreponer el placer al dolor, iba a ser doloroso al principio... el calor que se alojaba en la parte baja de su ombligo subió velozmente a sus mejillas.
Se sentía como una muchacha a punto de perder la virginidad. Pero tenía las llaves del auto, podría huir. Aquel pensamiento le hizo reírse de si mismo y fue cuando el mensaje de Gackt lo alertó. Salió del auto y presionó el mando a distancia para cerrarlo y poner la alarma, comprobó que estuviera cerrado y sacó el móvil.

Vio el número de habitación en la pantalla de este y aún permaneció de pie en ese estacionamiento un momento más, crecientemente nervioso por lo demás, observando como otras personas entraban en el hotel. Finalmente puso las llaves del auto en el bolsillo de su pantalón y se acomodó las gafas oscuras. Entró tranquilamente en el hotel evadiendo miradas curiosas hasta que se topó con uno de los vigilantes a los que siempre saludaba, un caso especial de androides con cierto grado de humanidad.

-Señor Takarai, es un gusto verlo por aquí. ¿Necesita algo en especial? Estoy a sus órdenes.- Hyde le saludó con una leve reverencia. -Todo bien, gracias- Se limitó a contestar, con una sonrisa y con otra reverencia continuó caminando hasta el ascensor. Se apresuró a meterse y esperó hasta llegar al 7mo piso. Se abrieron las puertas y para su fortuna el pasillo estaba vacío. Caminó hasta la puerta indicada, verificó el número en el celular y golpeó la puerta levemente, como si en verdad no quisiera que Gackt lo escuchara. Esperó dos segundos y volvió a golpear, esta vez con más fuerza, no iba a dejar que ese extraño sentimiento de colegiala les arruinara la tarde. Además pensó que si le decía al cantante como se sentía, después de reírse de él, le tendría algo de paciencia...

Con suma calma se puso de pie y dio unos cuantos pasos hasta llegar a la puerta, abrió sólo un poco y se apoyó en el marco con un brazo en lo alto con una seductora sonrisa en los labios. Enarcó una ceja y miró al castaño de pie a cabeza.
Terminó por abrir un poco más y tomó una de las muñecas ajenas prácticamente jalándolo hacia el interior, cerró y rodeó las caderas de su koi con ambos brazos antes de atacar directamente su cuello. Besaba todo el sector, cada centímetro de piel que tenía en frente en tanto sus manos se colaban bajo las prendas superiores tocando impaciente la zona baja de su espalda.

Guiaba a su novio hasta la cama con torpes pasos chocando un par de veces con algunos muebles en su camino lo que le provocaba una divertida sonrisa.
Su boca subió por la extensión de su cuello hasta llegar al lóbulo de su oreja, el que lamió y mordió con suavidad. Estaba quizá muy impaciente, pero es que tener todo el tiempo a Hyde cerca sin poder tocarlo descaradamente le hacía ahora desearlo mucho más.

La orilla de la cama detuvo aquella extraña caminata y entonces aún aferrado al mayor giró. De su oreja pasó a sus labios los que devoró en un beso profundo y cargado de pasión, sus manos ahora se encargaban de quitar su propia chaqueta dejándola caer luego al suelo, hizo lo mismo con la del vocal y así se inclinó sobre él haciendo que se recostara sobre la cama con él encima acomodándose entre sus piernas. Se alejó apenas un par de centímetros y le miró fijamente a los ojos. - Muchos días esperando esto, me hacía falta. - Susurró con una sonrisa ladina antes de un nuevo beso.

Apenas el más alto abrió la puerta ese miedo extraño se disipó un poco y el nerviosismo que sentía ahora era algo más atractivo. Se mordió el labio mirándole deseoso y, un poco sorprendido, dejó que le jalara dentro del cuarto. De pronto su cuerpo se vio invadido por besos y caricias que Gackt depositaba en su cuerpo de esa forma tan atinada. Ladeó la cabeza haciéndole espacio en su cuello y apenas su lengua lo tocaba miles de descargas eróticas le recorrieron el cuerpo entero.
Comenzaba a recuperar esa excitación que había sido opacada momentos antes.
Su espalda se arqueaba ante su toque haciendo que su torso rozara con el ajeno, se dejó envolver por sus hábiles manos y a dar pasos torpes hacia la cama.

Reía con él cuando chocaban con algo pero aún se aferraba a su cuello sin dejar de temblar por los besos que Gackt le propinaba en aquellas zonas tan sensibles de su cuerpo. Soltaba distantes gemidos cada vez que el ajetreo hacía que le temblaran las piernas por las diferentes sensaciones que le recorrían y se instalaban entre sus piernas. Con ambos brazos se aferró al cantante besándole con todo ese deseo acumulado de días, ayudándole, se deshizo de su chaqueta y con esto de un poco de su seguridad...

Su espalda encontró tope con el colchón en la cama y separó las piernas para recibir a Gackt en medio de estas. Gimió extasiado, sin embargo, de un momento a otro quiso cerrarlas... era una combinación bastante rara, estaba ansioso por obtener más pero tenía miedo del dolor que traería. Le miró a los ojos, pero tenía una expresión de preocupación en el rostro. No pudo decir nada cuando Gackt volvía a besarlo.
Se obligó a soltar sus labios luego de un rato, decidido a decirle algo antes de que pasara algo más. -Mmmh~ Gacchan... espera...- Le puso las manos en el pecho apartándole apenas para mirarlo. Luego cuando obtuvo su atención le echó los brazos al cuello apretándolo contra su pecho. -Necesito pedirte algo- Susurró en su oído. -Sé que te vas a burlar... pero necesito que seas gentil conmigo... he perdido la capacidad de no sentir dolor... me siento como si fuera virgen de nuevo... - Concluyó, aunque lo último que dijo le robó una risa ahogada. Besó su mejilla y se guió con pequeños besos a su oreja. Lamió el lóbulo lentamente meneándose debajo del otro con suavidad.

Con la respiración ya más agitada se separó y puso atención a sus palabras, apoyó cada una de sus manos a los lados de su pareja y pestañeó un par de veces. Era extraño lo que le pedía, pero de alguna forma le parecía algo tierno de su parte, sonrió apenas sin que el otro pudiera verle a causa de la posición y cuando comenzó con aquellos besos en su oreja se distrajo rápidamente y más por el suave movimiento que ejercía, sentía como su entrepierna de endurecía. - Lo intentaré... - Dijo accediendo distraídamente a aquella petición.

Honestamente le iba a costar un poco de trabajo y ni siquiera estaba seguro si podría estar al pendiente de hacer sentir bien a Hyde.
Deslizó una mano hasta la entrepierna de su novio y desabrochó su pantalón dejando expuestos sus bóxer, metió la mano entre las prendas e hizo presión ligeramente, se aguantaba las ganas de arrancarle la ropa y hacerle el amor enseguida, de alguna forma se estaba controlando...

Continuó con ello y ahora quitó la camisa del mayor dejándola a un lado, bajó desde su mentón, por su cuello en donde se detuvo un momento mordiendo con algo de fuerza la nívea piel que tanto le gustaba marcar, seguramente ahora esas rojizas manchas quedarían por unos cuantos días, eso le agradaba... como si así marcara algo de su propiedad.
Bajó un poco más hasta su pecho, con ambas manos tomaba las muñecas de su koi y así le obligaba a alzar sus brazos dejándolos a la altura de su cabeza, se incorporó apenas un poco y lentamente dio un suave beso a sus labios, volvía a sonreír divertido. - Mi pequeño y virgen vocalista... - Bromeó en un susurro besándolo una vez más...

El tono en su voz no lo había dejado del todo tranquilo pero luego de meditarlo un par de segundos se propuso ser capaz de soportarlo. Además si Gackt cumplía y lo intentaba, sería bastante satisfactorio. Aceptado esto se dedicó a dejarse llevar por el menor.
Movía las caderas mientras su novio lo tocaba. Soltó el agarre de sus brazos poco a poco hasta estar más relajado, al menos mentalmente, su cuerpo estaba hirviendo, volviéndose loco con la calma de sus caricias. Disfrutaba de estas y cada vez se ponía más ansioso. Toda una contradicción en su cabeza.

Sentía la sangre bombear entre sus piernas y los salvajes besos de Gackt en el cuello. Sonrió satisfecho de pensar que eso agradaría a su koi, ver aquellas marcas por más que unos segundos. Movía las manos inquieto de tocar todo a su alcance, lentamente, continuando con ese meneo en sus caderas, aunque ahora eran más inconscientes, las manos del menor era uno de sus estímulos favoritos.
Se mordió el labio para evitar gemir, a pesar de que sabía que hacerlo despertaría aún más el deseo del pelinegro. Podría aguantar un poco más... y en cuanto escuchó sus palabras combinadas con el placer que ese último beso le había dejado, su boca se entreabrió para dejar escapar su goce.

Ahora estaba inmovilizado y nuevamente los labios de Gackt le impidieron gemir, haciendo sonar un ruido ahogado por el movimiento de sus bocas y el bloqueo que había provocado él mismo al buscar la lengua ajena con la propia. Movió las manos con cierta desesperación siendo que le invadía una enorme necesidad de tocarlo y finalmente con sumisión se dejó manejar al antojo del otro...

Prolongó el beso un poco más y al separarse soltó sus muñecas dejándolo libre. Tenía unas enormes ganas de poseer a Hyde ya mismo, pero se controlaría, haría que su koi se sintiera bien.
Tomó su rostro con ambas manos dando un pequeño beso en sus labios antes de incorporarse poniéndose de pie, quedando aún entre las piernas ajenas y observándole con lujuria desde la altura.

Tomó sus zapatos y los quitó para así continuar con los pantalones que deslizó lentamente por sus piernas hasta que llegaron al suelo, se inclinó en la altura de su entrepierna sonriendo agradado por aquel notorio bulto, subió un poco más manteniendo la lentitud de su acciones llegando a su abdomen, se sostuvo con sus manos a cada lado del cuerpo ajeno sobre la cama dedicándose a repartir húmedos besos por sus caderas, sabía que ese actuar suyo hacía que su novio simplemente se impacientara aún más y en parte era lo que quería, además así le mantendría distraído, pensando en nada más que sentir placer.

Llegó al borde de su bóxer, dio una mirada de reojo al castaño y tomó entre sus dientes dicha prenda jalándola con suavidad hacia abajo hasta dejar expuesto su miembro el que apenas rozó con la punta de la lengua, el resto del camino lo continuó con una de sus manos hasta quitar la prenda dejándolo completamente desnudo.
Sin perder mucho tiempo a pesar de que en realidad tenía todo el día, le tomó de la cintura y le acomodó más al centro de la cama, aún estaba a la altura de la parte baja de su anatomía. Hizo que doblara sus rodillas por sobre sus hombros antes de ahora repartir besos por la cara interna de uno de sus muslos así hasta llegar a su pene el que tomó con una mano introduciendo la punta en su boca y luego sacándolo para lamer desde la base. No dejaría aquella "labor" hasta que Hyde se corriera...

Su cuerpo se tensó momentáneamente al sentirse indefenso ante los ojos de su novio, como si no lo hubieran hecho antes, pero esta vez su mirada le ponía nervioso y más ansioso. Se incorporó un poco sobre sus antebrazos al sentirlo ir y venir por su cuerpo una vez estuvo semidesnudo frente a él. Los besos que depositaba en su cadera excitaban cada célula en su anatomía, se arqueaba con cada gemido que sus acciones le hacían proliferar. Su cuerpo comenzaba a dejarse llevar, se destensaban sus músculos mientras el meneo de sus caderas se convertía en necesitados espasmos de placer.

No notó la breve mirada de Gackt, tenía la cabeza colgando hacia atrás y gemía con avidez. Movía las piernas suavemente rozando con la parte interna de los muslos el cuerpo ajeno. Fue hasta que sintió como su bóxer era removido por la hábil boca de su amante y la humedad de su lengua por el miembro que levantó la mirada. Le observó, provocado por sus caricias, se mordió el labio, deseoso.
Finalmente estuvo desnudo frente a él, quería sacarle la ropa también y sentir su piel rozar con la propia, ansiaba fundirse con él... pero al mismo tiempo se sentía incapaz de responder a sus pensamientos, debilitado por el calor que lo envolvía.

Le ayudó a moverse al centro del colchón, acomodó las piernas como le indicó, en una posición que le dejaba más expuesto. Se quedó quieto y de pronto aquellos besos, depositados con tal calma en zonas que en pocas ocasiones eran besadas, era una sensación que le llenaba, lo había sentido antes pero no como ahora. Gackt se estaba esforzando y su cuerpo generaba resultados con una deliciosa calma. Al primer contacto de la boca contraria con su hombría, estiró ligeramente los brazos a ambos costados y acarició las sábanas sobre las que estaba recostado, mantuvo los ojos cerrados, estaba completamente extasiado de todas aquellas emociones.
Se entregó al calor que el interior de su boca le brindaba y a cada movimiento ajeno, su pelvis se contraía. Su excitación estaba llegando al grado más alto, ese al que siempre era fácil llegar estando con Gackt.

Estaba ya en ese punto en que el dolor le venía importando menos que nada. Le invadía una loca necesidad de ser poseído por su novio, su mente y cuerpo estaban sincronizados en aquel éxtasis masivo. Y luego de un tiempo que le pareció algo largo y sin tener otra opción se corrió en la boca de Gackt. Dejó escapar pronunciados gemidos de placer, repitiendo el nombre del pelinegro sin importarle ni un poco si alguien le escuchaba, después de todo para eso estaban en ese lugar. Gozó aquello hasta el final, ahora tenía las sábanas empuñadas en las manos y las removía de su lugar mientras su cuerpo se meneaba en sensuales espasmos y jadeaba suavemente.

Movió las piernas de un lado a otro buscando libertad. Como pudo se incorporó levemente apenas para tomar a Gackt por los hombros, jaló la camisa que aún tenía puesta y rápidamente se deshizo de ella. Pronto, con cierta desesperación buscó hacer lo mismo con todas sus prendas...

Luego de un rato más en lo que continuó con aquel estímulo oral a su novio terminó por recibir su semen directo en la boca, se separó un poco sin tragarse todo aquello, seguro necesitaría un poco para lo que venía, se lamió los labios saboreando la esencia del castaño mientras se deleitaba ante cada gemido de goce ajeno cuando notó que era jalado y así posteriormente su camisa desaparecía rápidamente. Deteniendo el proseguir del mayor volvió a incorporarse su propia erección hace ya un rato que molestaba aún bajo aquellas prendas y ver a Hyde así, bajo él completamente a su merced no hacía más que excitarlo aún más.

Quitó el broche de sus pantalones y los dejó caer sin antes haberse quitado los zapatos y ya arriba de su koi pasó ambos brazos bajo la espalda de este, besó su mentón y así llegó a su boca donde dio un par de cálidos besos. De todas las formas posibles estaba poniendo todo de su parte y por lo visto estaba funcionando aunque eso sólo era lo previo a toda la acción. Suspiró y terminó por depositar un beso más en una de sus mejillas antes de quitarse la última prenda, la dejó a un lado llevando luego una mano a su propio pene a lo que soltó un pequeño jadeo, no hacerlo de una vez simplemente le resultaba algo tortuoso.

Después de haberse estimulado a si mismo pasó su mano a la entrepierna de su pareja, pasó sus dedos por el miembro untando así el poco de líquido espeso que aún quedaba con eso al menos pretendía aliviar el dolor que le causaría cuando lo penetrara, alzó su pierna y la dejó sobre sus propias caderas así llevó aquella mano con el resto de semen a su entrada, con cuidado introdujo un dedo el que no tardó en mover por unos momentos en tanto observaba el rostro del vocal, ya muchas veces habían tenido sexo, pero esta en particular se le hacía extraña y más por lo que el mismo Hyde le había pedido hace unos momentos. Decido a no darle mucha importancia se acomodó y ayudándose con la mano comenzó a introducir apenas la punta de su erección, sostenía con la otra mano su cadera con firmeza así también para evitar que se moviera mucho.

Se sentía muy estrecho, quizá hasta un poco doloroso para si mismo, pero nada que superara el placer que experimentaba y así dejándose llevar por aquellos instintos no pudo evitar de con un movimiento brusco entrar de una vez meneándose con parsimonia, alzó el rostro para ver el ajeno y lo tomó entre ambas manos dando un pequeño beso en la comisura de sus labios...

Volvió a arquearse manipulado por las manos del menor. El sabor de su propio semen se hizo presente en su boca al recibir esos cálidos besos y cuando se apartó, se saboreó pasándose lentamente la lengua por los labios. Mantuvo los ojos cerrados un momento, procesando el reciente orgasmo mientras su pelvis vibraba ligeramente ante cualquier roce. Ya sentía que lo necesitaba demasiado, su novio siempre sabía como darse a desear pero esta vez estaba superándose a sí mismo o quizás era la nueva percepción que tenía de las cosas pero su primera opción le parecía más sensual.

Pronto volvió a abrir los ojos, encontrándose con esa escena frente a él, tan cerca de su cuerpo. Ya no sabía qué lo excitaba más, sentir los labios y manos de su koi recorrerle el cuerpo o verlo auto-estimularse de aquella forma. Se acercó una mano a la boca y apresó levemente entre sus dientes la punta de su dedo medio, denotando su ansia, observándole con una sonrisa pícara en la cara. Y luego al retomar las acciones volvió a ponerse ansioso, no nervioso ni tenso, se sentía listo mentalmente... su integridad física era lo que le preocupaba de momentos, pero no lo suficiente como para resistirse al breve estímulo manual que Gackt comenzaba a darle a su entrada. Era incómodo al principio, pero entre más se movían sus dedos más relajada se sentía aquella parte de su cuerpo.

Sabía que tensarse sería fatal, así que trató de no hacerlo. Hacía gestos extasiados más no emitía sonido alguno ante cada movimiento. Pero de un momento a otro comenzó a sentir una presión de mayor tamaño, entreabrió los ojos para percatarse de que el temido momento estaba por ocurrir. Suspiró largamente, estaba apenas consciente de que Gackt no se resistiría por mucho, dejó salir el aire y volvió a inhalar lentamente hasta que ya estando listo y relajado sintió cada vez más el dolor de aquella casi primera vez.
Cerró los ojos con fuerza, se sostuvo de las sábanas una vez más, preparándose para lo que venía. Pero de un segundo a otro el pene de Gackt estuvo por completo en su interior, de pronto se arqueó violentamente por el dolor, echando la cabeza hacia atrás y sintiendo la humedad de las lágrimas que habían acudido a sus ojos en las sienes.

Se había quedado momentáneamente sin aire por aquella sensación olvidada, incapaz de reprimirla. Permaneció quieto sosteniendo el aire en sus pulmones durante unos segundos más, hasta que finalmente lo dejó escapar en un grave alarido. Soltó la fuerza de sus manos en las sábanas y entre jadeos lastimosos y gemidos de placer contoneó las caderas pidiéndole que se moviera. Recibió su beso pero estaba como en un modo ausente en ese instante. Separó las piernas un poco más haciéndole espacio a su novio e incitándolo todavía a comenzar con el acto...

Luego de aquella pequeña muestra de cariño por su parte volvió a bajar los brazos, llevándolos a las caderas ajenas las que tomó con firmeza para alzarlas un poco más, así se posicionó de rodillas sobre la cama e ignorando momentáneamente el dolor causado en su novio comenzó a moverse con cierta calma en tanto se acostumbraba a la presión que el interior del castaño ejercía en su erección.

Con la espalda curvada inclinado sobre el vocal le observó de reojo, quizá sonara bizarro e incluso cruel pero ahora que notaba el dolor producido en el otro por sus expresiones no podía evitar gustarle así.
Sin duda esta ocasión era muy diferentes a las anteriores y sabiendo de antemano que su koi era inmune a sentir esa clase de dolor. Sonrió con lasciva y soltó aquellas caderas llevando sus manos a la altura del rostro ajeno, a quien tenía bajo su propio cuerpo, las apoyó sobre el colchón iniciando un vaivén más pronunciado, lleno de lujuria... encantado por el dolor que pudiese provocar en su pareja.

Soltaba pequeños jadeos cada vez que Hyde se tensaba aprisionando su miembro con algo de fuerza, pero aún así aquello le excitaba a tal grado que solamente hacía que aumentara la velocidad de las embestidas hasta el punto de penetrar cada vez con más fuerza, chocando contra sus glúteos, haciendo que aquel cuerpo sobre la cama se moviera de arriba a abajo agresivamente.
Seguramente Hyde ya sabía lo tanto que le gustaba el sexo rudo al pelinegro, pero ahora siendo humano era obvio que lo tomaría de diferente forma.

Después de unos momentos fue disminuyendo la velocidad hasta que los movimientos fueron suaves y ligeros. Ahora bajó un poco más apoyándose en los antebrazos, teniendo a sólo unos cuantos centímetros el rostro de su pareja con el propio, respiraba aceleradamente sintiendo también la ajena chocar contra su piel, esos jadeos y gemidos de Hyde eran tan sensuales, seguro este mismo no sabía lo que podía provocar en cualquiera con sólo soltar un pequeño audible gemido. Ladeó un poco el rostro ya teniendo su respiración más calmada y apenas rozó los labios ajenos con la punta de su lengua hasta unir por completo sus bocas dándose el tiempo de recorrer esta ante de comenzar nuevamente con las embestidas...

Gackt comenzó a moverse y el dolor aumentó en gran dosis durante los primeros minutos. Se retorcía emitiendo quejidos, uno tras otro. Su pelvis se contraía involuntariamente en busca de que la invasión fuese retirada pero la presión que su novio ejercía con cada embestida le provocaba un dolor agudo e intenso en aquella parte. Respiraba con dificultad.
Tenía los ojos húmedos por las lágrimas y estas se deslizaban por sus sienes. Se llevó las manos a la altura de la cara, tapando la mitad superior de esta y limpiándose los ojos. Ya no hallaba como acallar sus sonoros jadeos de dolor.

La velocidad de las penetraciones iba en aumento y aquella energía sexual que tanto le gustaba de Gackt ahora le estaba haciendo sufrir, aunque tenía que admitir que de una manera especialmente exquisita. Después de aquellos tortuosos minutos, poco a poco el daño se hacía más soportable pues se iba acostumbrando pero no dejaba de ser algo "nuevo" para su control, ahora humano.
Cuando sintió a Gackt más cercano y tuvo sus brazos a cada lado de la cabeza, se apresuró a tomarse de ellos apretándolos con necesidad. Entreabrió los ojos al sentir el cálido aliento del menor tan cerca del rostro y le sonrió extasiado por aquella escena. Guió las manos a su cabello y lo revolvió un poco solo para tomarse de su cuello.

Le tomó de la nuca con un poco de fuerza, con la mínima que le quedaba. Sentía el cuerpo de Gackt sudando pegado al suyo y provocado por esto y aquella acción de su lengua, no tardó en corresponder. Le besó con pasión desenfrenada, inyectado de algo que no supo de donde venía, su cuerpo estaba lastimado y se sentía débil pero le besó con ganas.
Rodeó la cadera ajena con las piernas haciendo que por este movimiento una nueva punzada le hiciera temblar pero poca importancia le dio. Soltó la boca del pelinegro, rodeándolo con ambos brazos, pegándole más a su cuerpo. Sus manos comenzaron a moverse por la bien formada espalda de Gackt, tocando cada pedazo de piel a su alcance. Pasó los brazos debajo de los contrarios para continuar ese camino en su espalda baja, delineó la figura de su amante con las manos mientras retomaba el meneo de sus propias caderas, incitándole.

Escondió la cara en el cuello de Gackt, propinando húmedos besos, lamiendo y succionando en ciertas zonas. Siguió bajando las manos hasta sus glúteos, se tomó de estos con descaro jalándolo hacia sí, buscando más de esa agonía que minuto a minuto se convertía en un apetitoso placer.

Se sorprendió por la repentina acción del mayor al tomar su nuca y el corresponder su beso de aquella forma, podía sentir perfectamente como el cuerpo de su novio temblaba ante cualquier movimiento brusco, era simplemente una exquisita sensación que le llenaba de sobremanera.

Sonrió lujurioso cuando tuvo las manos del contrario sobre sus glúteos incitado a continuar de una vez con las embestidas y claro que no se hizo esperar, aún quedaban prácticamente todo el día estando ahí solo los dos y no lo desaprovecharía. Luego de haber disfrutado por algunos segundos de aquellos húmedos besos en su cuello se separó volviendo a apoyarse en sus manos teniendo nuevamente una magnífica vista de su novio, su cabello húmedo y alborotado, sus mejillas completamente rojas, su respiración acelerada, aquellos jadeos que no dejaban de salir de su boca, se relamió los labios algo resecos a causa de la actividad y quitó los mechones de cabello que su koi tenía en su frente.

Lentamente salió de su interior sintiéndose de alguna forma más libre de aquella presión que causaba el interior del otro.
tomó una de las manos ajenas para hacer que se sentara por un pequeño momentos antes de girarle ahora teniendo en frente aquellas alas tatuadas, alzó su trasero sosteniéndole de las caderas y así por segunda vez le penetró de una vez moviéndose inmediatamente en el más excitante vaivén. En aquella posición se le hacían mucho más fácil las embestidas además así podría darle un poco de placer a su pareja. Tomó su miembro con una mano y comenzó a masturbar a la par de cada estocada, pronto aquella agresividad volvía a ser presente, un par de jadeos salían de su boca siendo estos opacados inmediatamente por los sonidos que proliferaba a quien tenía abajo y se dejaba manipular de una forma bastante sumisa.

Inclinó el rostro solo para ir depositando besos en diferentes puntos de su espalda. Aquella mano en su cadera le sostenía con tal fuerza que sus dedos se hundían en la nívea piel de su novio sumando aún más marcas de las que ya tenía...

La mirada de Gackt había dejado de ponerle nervioso y ahora se sentía inquieto con aquellos ojos clavados en su cuerpo. Devolvió las manos al colchón, aferrándose una vez más y con fuerza a las sábanas, las estrujó con ambas manos. El choque de las caderas ajenas contra sus glúteos estaban haciéndole moverse de tal forma que la tela debajo de su espalda estaba completamente desordenada. Volvió a sonreírle con cierta perversión y se mordió el labio luego de otro momento en esa posición.
Finalmente, se relajó un momento mientras su novio salía de su cuerpo, sentía toda aquella zona punzante, ahora que no lo tenía dentro era un nuevo dolor. Las lágrimas no tardaron en escapar de sus ojos pero mantenía la sonrisa.

Prácticamente su cuerpo no le respondía, dejó que Gackt lo moviera y cuando volvió a abrir los ojos se encontró con la cabecera de la cama. Se dejó caer hacia enfrente apoyando las manos en el colchón pero los brazos y las piernas le temblaban. Sintió las manos ajenas tomarle de la cadera y no opuso resistencia, simplemente volvió a relajar el cuerpo pues ya sabía que no habría compasión por parte del menor y no era que le molestara, al contrario...
Sus brazos no pudieron más y se inclinó completamente hasta apoyarse en los antebrazos y hacer soporte para su frente. Las lágrimas combinadas con el sudor no le dejaban ver, cerró los ojos con fuerza.

La segunda penetración había dolido menos pero podía sentir como al estar en esa posición sus entrañas se tensaban y sentía punzadas en todo el sector contra el que Gackt arremetía. No había parado de gemir en todo el proceso. En un desesperado intento de aligerar el dolor, se hizo con parte de la sábana, juntando lo que tenía cerca entre sus manos y apoyándose en esto. Al mismo tiempo se secaba la cara y terminaba por ahogar su goce en el mismo montón de tela.
Todo aquello solo se puso peor cuando el pelinegro tomó su pene y comenzó a masturbarlo, su pelvis se estremecía, contrayéndose y provocándole más dolor.
Comenzó a llamar a su pareja en jadeos ahogados, pero no del todo seguro, no sabía si quería que se detuviera o que continuara.

Continuaba con las penetraciones a Hyde, tal como había comenzado siendo luego de un momento movimientos en frenesí, llenos de fuerza... sin lamentaciones, sólo había que disfrutar de aquello. No pensar sólo dejarse llevar por la pasión y la lujuria que le embargaba.

Nuevamente aquella presión en su pene cada vez que el mayor se contraía y estremecía le causaba un poco de dolor, pero sólo el mínimo incapaz de hacerle sentir incómodo en ningún momento. Sin embargo aquellos jadeos del castaño en donde le llamaba captaron un poco de su atención. Fue disminuyendo poco a poco la velocidad hasta que sólo fueron ligero movimientos de su pelvis los que proseguían en un suave vaivén. Sin salir de su interior volvió a girarle, pero no dejó siquiera que se recostara sobre la cama.
Con las manos estirada en la suave espalda del mayor le incorporó consigo hasta que ambos quedaron sentados, rodeó su cintura con ambos brazos y fue moviendolo de arriba a abajo reanudando las estocadas.

Tenía la frente apoyada sobre uno de sus hombros pudiendo así escuchar aquellos lastimeros gemidos que hacían eco en su cabeza.
En aquella posición el movimiento no era salvaje como lo había estado haciendo, pero si era algo más profundo sintiendo que así podía llegar perfectamente al tope.

El cuerpo sudado del vocal se pegaba con el propio y su negro cabello cubría por completo su rostro, ya había pasado un rato suficiente sabía que en cualquier momento llegaría aquel anhelado orgasmo. Tragaba y respiraba con algo de dificultad manteniendo los labios entreabiertos, por un momento las embestidas continuaron haciéndose más rápidas sintiendo como aquel cosquilleo en su parte baja iba anunciando el climax y en una última estocada en la cual sostuvo las caderas ajenas con fuerza terminó por correrse dejando salir aquel cálido líquido en esa pequeña cavidad junto a un pequeño gruñido en tanto la exquisita sensación pasaba.

Volvió a rodear la cintura del mayor y le pegó aún más a su cuerpo, tenía que controlar su respiración y cuando lo hubo logrado apoyó el mentón en su hombro y con los ojos cerrados junto a una pequeña sonrisa satisfactoria respiró hondo...

Todavía incapaz de responder a las órdenes de su cerebro se dejó manipular cual ser inanimado. Terminó por quedar sentado sobre Gackt, de pronto se sentía ligeramente con más poder en esa posición. Así que como pudo se tomó de los hombros del más alto, acomodó las piernas de modo que pudiera ayudarse con ellas para impulsarse y comenzó a moverse en un lento sube y baja.
Dejó caer la cabeza sobre uno de sus hombros, sin detener el movimiento de su cadera, penetrándose con suavidad.

Se abrazó al cuerpo ajeno y mientras continuaba con el acto, depositaba pequeños besos sobre sus hombros. Con las manos volvía a recorrer su espalda llevándose con ellas las gotas de sudor que cubrían la piel de su novio. Lentamente se dirigió hasta su oído, lamiendo la orilla de su oreja y chupando con una calma tortuosa el lóbulo.
Suspiró en aquella zona, aún no había dejado de gemir. Un momento más tarde el cuerpo del menor volvió a activarse debajo del propio. Recibió gustoso su sexo sin soltarle y cerró los ojos con fuerza previendo el orgasmo ajeno.

Su pene se estimulaba al mismo tiempo al estar en medio de ambos cuerpos y la actividad de Gackt aumentaban ese estímulo. Finalmente, cuando sintió el caliente líquido del cantante llenarle por dentro, se estremeció con exquisitez más no le imitó. Abrazó a su novio y besó su cabeza, llevando las manos a esta misma y entrelazando los dedos en su húmedo cabello.
Con la respiración alterada, lo apartó de él con cuidado y alcanzó sus labios. Le besó largamente acariciando con la lengua la contraria, saboreando el dulce sabor de su saliva mezclarse con la propia. Y luego de un momento volvió a apartarle para mirarlo. Dio un último suspiro y le sonrió con complicidad. Con calma se retiró de su cuerpo.

Cuando estuvo separado, le empujó a un lado haciendo que ahora él se recostara. Volvió a inclinarse a su cara para besarlo, apenas brevemente. Bajó la boca por su pecho deteniéndose en uno de sus pezones y haciendo que su lengua jugueteara con él. Mientras la derecha se colaba entre sus piernas y rozaba sus testículos con los dedos, apretándolos ligeramente. Subió a la extensión de su pene, empezando a acariciarlo, sabiendo que aún estaría sensible. Buscaba más, dolía mucho todavía pero nada comparado con lo excitado que seguía.
Continuó el camino por el centro de su abdomen hasta su ombligo, en aquella zona alcanzó con la punta de la lengua el glande de Gackt. Lo lamió con tranquilidad, succionando después y finalmente acercándose más para meterlo en su boca. Poco a poco su cuerpo se recuperaba, al menos en fuerza, superficialmente estaba lastimado y no quería fijarse pero sabía que habría sangre en algún lugar. Atendió oralmente a la erección de su novio, sabía que tardaría pero mientras este se recuperaba, disfrutaría de aquello...

Luego de aquel momento se dejó hacer por el mayor quedando recostado sobre la cama, se relajó un momento llevando ambas manos a su frente para peinarse el sudado cabello hacia atrás, respiró hondo la sensación ya iba pasando completamente y pronto sintió la boca del castaño por su pecho, se alzó apoyándose en los codos y no evitó estremecerse cuando este se dedicaba a juguetear con uno de sus pezones.

Sonrió con malicia, a pesar de todo Hyde aún tenía aquello entre sus piernas que necesitaba atención y de pronto aquella escena de ya hace bastante tiempo en la iglesia llegó a su mente aunque sus pensamientos fueron interrumpido repentinamente por la mano de su novio en su entrepierna. Se mordió el labio disfrutando de las caricias concentrándose en sólo aquella sensación y más aún cuando aquella mano era remplazada por su boca. Aún sosteniéndose en sus codos dejó caer la cabeza hacia atrás, las atenciones del vocal era simplemente exquisitas... no tardaría mucho en recuperarse y es que con Hyde era difícil resistirse y menos en aquella situación.

Esperó un momento más en donde volvió a mirarle, se relamió los labios en tanto comenzaba a mover suavemente sus caderas, pero tenía otros planes antes de repetir aquella "sesión". Se incorporó un poco más hasta quedar sentado y tomó el mentón del castaño haciendo que le mirara, se acercó hasta su rostro y besó sus labios con gran pasión en tanto estiraba un brazo hasta alcanzar sus prendas que aún estaban sobre la cama. Con su camisa llevó ambas manos ajenas tras su espalda y apoyándose en uno de sus hombros observó estas mientras las amarraba con la prenda.

- ¿Recuerdas esto? - Susurró aquella pregunta con algo de sádica diversión, giró el rostro sin separarse de su cuerpo y dio pequeños besos en su cuello por sobre esas pequeñas marcas rojizas que él mismo se había encargado de dejar e incluso se atrevió a succionar en otro sectores sumando otras más...

Luego de unos minutos en los que recorrió y saboreó con gusto el pene de su pareja y muy a su pesar, la mano de Gackt le hizo levantar la cara. Le miró con una sonrisa juguetona y correspondió a su beso incorporándose lo posible para tomarse apenas de su cuello y hacer aquel beso más profundo.
Sin embargo, pronto sus manos se movieron contra su voluntad llevándolas detrás de su espalda. Acarició su cabeza contra la de Gackt mientras sus muñecas resentían la presión de la tela. Ahora estaba inmovilizado de las manos, como odiaba y adoraba sentirse incapaz de tocarlo. Le excitaba demasiado.

Levantó la cabeza suspirando extasiado y escuchó la voz del menor, se estremeció. Ladeó la cabeza apenas respondiendo un jadeante sonido de afirmación. Gimió provocado por aquellas succiones y se removió con cierta impaciencia pegándose y acariciándose contra el cuerpo ajeno. -Me fascina cuando eres cruel conmigo~- Susurró, casi sin pensar, cerca de su oído imitando sus acciones y besando su cuello con lujuria.
Estaba pasando completamente por alto el dolor que sentía su cuerpo, la sola compañía de Gackt podía más que eso.

Ahora que tenía las manos amarradas, simplemente se dejó a las acciones del otro. Sentía todo el cuerpo húmedo, una parte en especial. Momentáneamente desvió la mirada hacia sus piernas, el semen de Gackt teñido ligeramente de un líquido rojo recorría sus muslos, cerró los ojos inquieto. Pero lejos de asustarse por esto solo se removió ansioso. No sabía en qué más estaría pensando su novio, pero fuera lo que fuera sentía que no podía esperarlo más...

Terminó por separarse por completo de su koi, tomó un poco de aire y se puso de pie, se dio la media vuelta para no darle la espalda a Hyde y ladeó el rostro notando aquello en sus muslos, no se suponía que ese fuera el color "habitual" de su semen. Tomó la cintura ajena y le atrajo hasta la orilla de la cama una vez ahí pasó la otra mano directo a su trasero colando un par de dedos entre sus glúteos hasta llegar a su entrada en donde los introdujo sin que aquello fuera una acción agresiva en lo absoluto.

El interior de su novio estaba muy caliente y húmedo, pero más que aquella consistencia del semen era la sangre que había comenzado a salir de ahí. Fue abriendo los dedos lentamente queriendo notar cuan dañado estaba, las expresiones del castaño lo delatarían de inmediato...
Quitó los dedos, estaban en su mayoría rojos y quizá algunos restos de semen, hizo una pequeña mueca con su boca. Tal vez si se había pasado un poco o tal vez sólo era aquella "primera vez" del vocal lo que hacía que aquello se viera más grave de lo que era.

Prefirió no decir nada al respecto y sólo tomo la erección de su pareja acariciando en toda su extensión, no estaba seguro si podría penetrarlo una segunda vez aunque la inseguridad pasó casi desapercibida luego de un rato, nuevamente estaba excitado y eso era algo que no podía simplemente dejar pasar así como así.
Se posicionó en cuclillas haciendo que el mayor se sentara sobre sus piernas y ahí entre estas mismas continuó con las caricias pero esta vez usando su lengua e introduciendolo en su boca para succionar y hacer presión, la idea no era que su novio terminara nuevamente haciendo aquello, pero quería dejarle en el punto exacto para continuar con aquella deliciosa tortura...

La breve exploración de Gackt a su cuerpo le hacía sentir agudas punzadas en aquel sector y apenas sentía fuerzas para contraerse. Se dejó, haciendo gestos de dolor pero emitiendo quejidos placenteros ante cada movimiento de sus dedos. Suspiró agitado cuando tuvo lejos la mano del menor, abrió los ojos llorosos para mirarlo y a pesar de todo sonreía con creciente excitación.
Se daba cuenta a cada minuto que aún siendo humano sus gustos sexuales no se detenían, no importaba el dolor o el daño, todo en conjunto le encantaba en demasía y estaba incluso satisfaciéndolo más que otras veces.

Poco a poco se abandonó al nuevo placer que la boca de Gackt le proporcionaba y al ser incapaz de mover las manos solo se retorcía en esa posición en la que el más alto lo había puesto. Luchaba contra la mínima fuerza de sus piernas para sostenerse.
Se relamía los labios constantemente ya que se secaban por el aire que dejaba escapar por la boca entreabierta, su respiración volvía a sentirse descontrolada.

Una vez más comenzó a repetir entre jadeos el nombre de su captor con la intención de provocarlo, de darle a entender que no importaba lo que hiciera o dejara de hacer, él lo disfrutaría. Entre más dolía, más sentía que lo necesitaba.

Había continuado con su trabajo agradado por los sonidos que salían de la boca ajena, sentía como las piernas de su koi temblaban debido a la posición, pero aún así este continuaba con aquello.
El líquido preseminal que de pronto sintió en su lengua le hizo sacar el miembro de su boca, antes de que acabara se divertiría un poco más. Se relamió los labios y volvió a ponerse de pie antes de mirar hacia el suelo alfombrado como buscando algo, se inclinó cuando encontró su objetivo y de nueva cuenta tomó la erección del castaño sólo que esta vez y con una sonrisa de perversa diversión amarró la base de su miembro, al principio no ejerció mayor fuerza y es que con aquella prenda no es que pudiera hacer mucho así que antes de haber hecho aquello intento doblarla de modo que le fuera útil. Alzó el rostro y besó el mentón de su novio dando una pequeña mordida y así subir hasta llegar a sus labios y unir por completo ambas bocas en un beso profundo.

Sus manos seguían abajo sosteniendo cada extremo de aquel amarre y así luego de terminar con aquel pasional beso ejerció más fuerza para una mayor presión en su entrepierna.
No podía evitar gustarle aquella forma en que el castaño gemía y jadeaba a causa del dolor, simplemente le incitaba a continuar con ello hasta verse a si mismo conforme con el resultado.

Se sentó en la orilla de la cama a un lado del vocal y así tomó su cintura haciendo que pasara una pierna sobre las propias dándole la espalda y sin esperar mucho más lo sentó volviendo a introducirse en aquella pequeña y ahora mucho más sensible entrada de su novio...

Aquellas descargas cosquilleantes que antecedían al orgasmo comenzaron a recorrerle la espina, haciéndose intensas en su entrepierna. Sin embargo, la boca de Gackt abandonó su tarea y de repente solo le quedó el recuerdo de esa sensación. Aumentaba y disminuía con una calma insoportable. Agotado, se sostuvo en pie mientras el otro buscaba algo en el suelo. Tenía la cara húmeda por las lágrimas y ahora no tenía como secarse. Comenzaba a ponerse inquieto.
Cuando, después de unos segundos más, volvió a sentir las manos de Gackt y con cierta sorpresa un deja vu acudió a su mente.

Esa técnica que había usado su pareja en la iglesia. Primero la presión le hizo apenas gemir siendo pronto ahogado por los labios de su novio. Le correspondió con la misma pasión que el otro le daba. Se tensó casi por completo al sentir aquello presionarse cada vez más sobre sus testículos. Jadeaba incansablemente y el cabello le tapaba la visión en gran parte. Agachó la cabeza cuando Gackt terminaba de apretar aquello entre sus piernas y se apartaba.
Como pudo se guió hasta donde el menor lo colocó, relajó el cuerpo y nuevamente le invadió ese dolor que ahora era candente y ardía más allá de lo que hubiera pensado aguantar.

Con las manos amarradas juntas detrás de su espalda logró apoyarse en el abdomen del cantante y de este se sostuvo. Pero apenas los primeros centímetros de la hombría de su amante estuvieron en su interior, la presión en la base de su propio pene comenzó a molestar. Había sido una penetración tan atinada que la eyaculación había llegado de inmediato, sin embargo, al ser incapaz de liberarse le había provocado una presión potente y casi desesperante. Gritó de dolor inclinándose hacia enfrente confiando en que su novio lo tomaba con fuerza, de lo contrario era seguro que se hubiera ido directo al piso.
Permaneció con el abdomen plegado contra sus muslos, con las piernas lo suficientemente separadas para no ser capaz de cerrarlas y con las manos en una posición incómoda.

Todo apuntaba a ser molesto y nada excitante, pero sin duda y por alguna bizarra razón, solo ansiaba más y su cuerpo se calentaba a cada movimiento del otro. -Mmmh~ Motto~- Entre sollozos, con la voz entrecortada y la humedad de sus ojos que le impedía ver, comenzó a mover la cadera rozándose contra el cuerpo ajeno, implorando comenzara con lo que realmente iba a dejarlo destrozado...

Por ningún motivo iba hacer oídos sordos a aquella petición y así sosteniendo las caderas de su novio con firmeza le obligó a incorporarse comenzando a moverse y mover rápidamente a Hyde.
Tenía energías renovadas por lo que aquella fuerza con la que antes había estado ejerciendo aquel vaivén tortuoso para el mayor.

Acercaba la boca a las espalda de este dejando perfectas marcas de sus dientes entre mordidas y pequeños besos. Dejaba escapar pequeños jadeos nuevamente causados por la presión en su erección, de alguna forma esta ocasión estaba superando las anteriores y es que hace tanto tiempo que iban manteniendo una rutina que ya era hora de quebrarla y dar hasta el límite.
Sabía que cuando acabara y por lo que antes él mismo había comprobado el castaño resentiría demasiado esa sesión de bizarro sexo, pero se lo recompensaría.

Pasó un rato entre dolorosas embestidas, caricias, mordidas, besos, gemidos y jadeos. Mientras más penetraba a Hyde más sentía como aquel líquido que no era más que sangre humedecía todo su interior. Llevó una mano al pene de su novio e hizo presión en la punta sólo en un cruel acto de perversión, era claro que no iba a poder correrse hasta que él mismo lo decidiera.

Los segundos pasaban entre cada embestida y así fue como nuevamente aquel cosquilleo en su parte baja se hizo presente, aferró las manos a los muslos de su pareja hundiendo los dedos en aquella piel, cerró los ojos apoyando la frente en su espalda y con un brusco movimiento dejó salir el semen dentro mezclándose con la sangre. Respiró hondo y deslizó las manos desde sus muslos hasta su abdomen dejándolas reposar ahí. La sensación se desvanecía poco a poco pero aún así no se movió, estaba algo cansado y bastante sudado, sus brazos dolían un poco a causa de cargar el peso del mayor durante todo ese rato y cuando ya estuvo más calmado se relamió los labios separándose sólo un poco de su espalda...

Su cuerpo comenzó a vibrar y a saltar sobre el regazo de su novio automáticamente cuando este comenzó a retomar las acciones. Apenas podía mantener el equilibrio mientras su cuerpo era suministrado nuevamente con una exquisita dosis de sufrimiento. Podía sentir como se le desgarraban las entrañas y la humedad de su propia sangre haciendo de lubricante en su interior. No quería ni pensar en el estado en el que estaría después al no ser capaz ya de sanar sus heridas ni de inhibir el dolor.
La boca de Gackt en su espalda le hizo distraerse de nuevo de esos pensamientos, lo único que debía importarle ahora era aquella sesión de sexo llena de nuevas y olvidadas sensaciones.

Volvió a doblarse cuando el cantante tocó la punta de su pene, era un sentimiento que no podía soportar, sentía que en cualquier momento podría estallar. Gimió, jadeo, gritó y soltó alaridos sin reparo, de alguna forma necesitaba sacar la deliciosa frustración de no poder correrse.
Cuando sintió que estaba haciendo demasiado escándalo, se mordió los labios, pero con tal fuerza que ahora sintió la sangre en estos. Cerró los ojos al sentir el cuerpo de Gackt tensarse y vibrar en intensos espasmos. Pronto fue llenado una vez más con aquella semilla que su novio depositaba en su cuerpo de manera descuidada.

Se sentía fascinado con lo que el menor era capaz de darle, impresionado de estar soportándolo siendo ahora un simple humano. Cuando la sensación pasó y el menor estuvo relajado aún cargándole, esperó un momento, trató de no pensar en el cosquilleo en sus testículos. Aún podía sentir a Gackt dentro de si, a propósito se meneaba y contraía los músculos pélvicos para darle pausadas presiones su erección pero lo hacía de manera ausente, casi por reflejo. Ahora su cuerpo estaba caliente, sudado y se sentía sucio... tal como creía que debía ser el sexo.