... -GACKT- [continuación]

Se limpió la cara con la manga de la camisa por enésima vez y decidido terminó de subir las escaleras hasta el último piso, sus hijos le esperaban.
Una vez en el penthouse se encontró con Akira, quien arreglaba su mochila para esa tarde de clases. Lo pasó de largo evitando mirarlo y se metió en el baño de la planta baja. Se miró al espejo, tomó un poco de papel y se limpió la nariz. Debía comportarse ahora, salir y actuar como si nada pasara.

Actuar como si nada pasara cuando todo pasaba, seguramente una de las cosas más difíciles para cualquier ser humano. Si, de nuevo se encontró pensando en eso. Ahora era polvo, muerto, cien años muerto. No tenía por qué estar ahí ahora. No se suponía que él existiera en este momento, ¿qué hacía ahí?. Mirándose al espejo movió la cabeza de forma reprobatoria, no iba a dejarse manipular por la peculiar intensidad de sus sentimientos. Estaba pensando estupideces, solo eso.

Tomó una gran cantidad de aire y suspiró. Nuevamente se limpió la nariz y con otro pedazo de papel, se limpió el resto de la cara. La voz de Akira lo sacó de su propia mente. -Papá, ¿me llevarás al colegio o puedo irme solo?- No le contestó de inmediato, esperó un poco y se aclaró la garganta. -Anda tu solo, pero en la noche voy por ti- Contestó sin atreverse a abrir la puerta y buscando sonar en calma. Sabía que Akira ya no era un niño y que aquella pregunta era más una petición. También sabía que no se iba solo, un par de chicos pasaban a buscarlo. Sabía también que ya comenzaba a desarrollar interés por las chicas y obviamente era vergonzoso para él llegar al colegio acompañado por su padre. Sonrió para si mismo al desviar sus pensamientos de su infiel pareja por un momento.

Escuchó a Akira mover algunas cosas y luego el abrir y cerrar de la puerta. Cuando el silencio inundó la sala, salió del baño, su sorpresa fue grata al encontrarse con el más pequeño de sus hijos de pie junto a la escalera. Ya no era un peligro, pues la dominaba bien, aunque no se suponía que estuviera ahí solo. Se apresuró hacia él y lo tomó en brazos con una falsa sonrisa en la cara, de alguna forma ver a Gackt reflejado en aquella carita le devolvió de pronto todo lo malo que lo aquejaba segundos antes. Lo llevó hasta el sillón y se sentó con él, acomodándolo en sus piernas. No le dijo nada, solo lo miró. Le acarició el cabello con cariño, mientras nuevamente sentía como se apretaba su pecho. El niño alzó una manita y le tocó la cara, podía ver preocupación en sus inocentes ojos....

Por un largo rato estuvo de pie contra el muro, nadie había pasado por ahí en todos esos minutos, de alguna forma eso era bueno. Seguro tenía un aspecto horrible, seguro al encontrarse con su pareja en el Penthouse intentaría evitarlo a toda costa. Tal vez debería reconsiderar el hecho de decirle a Hyde todo lo que había ocurrido, sólo tal vez.

Una vez más se adentró al elevador y presión el botón que le llevaría al último piso, por más que quisiera que el camino fuera lento y así posponer más tiempo su llegada simplemente no se podía y muy por el contrario de eso sintió que repentinamente había llegado a su destino.
Salió de ahí y se encaminó por el pequeño pasillo, al llegar a esa conocida puerta tomó las llaves que si había bajado y abrió, entró con cautela como si estuviera delatándose inmediatamente a los hechos. Respiró hondo, no tenía por qué hacer eso, esperó un momento más sin moverse de aquel lugar hasta que ya más tranquilo pasó a la sala.

Solamente con haber visto el rostro del castaño pudo darse cuenta que algo pasaba con él e inmediatamente lo relacionó con lo que él mismo había hecho minutos atrás en el estacionamiento, por enésima vez se recordó que debía ser lo más normal posible. Hyde no sabía nada, claro que no.
Dio una vaga mirada a su alrededor, buscaría las llaves de su automóvil, después de todo a eso por lo que precisamente había subido. - Haido, ¿has visto mis llaves? - Pasó por enfrente encontrándose momentáneamente con una amplia sonrisa de Demian, le correspondió de forma casi ausente...
No había necesitado respuesta, ahí, sobre la pequeña mesita a un lado del sofá más grande se encontraba el pequeño objeto. Lo tomó y se giró mirando al vocal una vez más.

- ¿Pasa algo? - Se atrevió a preguntar de forma completamente cínica, pero en su mente estaba concentrado en que "Hyde no tenía por qué saber lo que sucedió en el estacionamiento ni mucho menos en la fiesta".
Se inclinó un poco y acarició el cabello de su hijo con suavidad. El niño estaba tan grande que a veces lamentaba el hecho de que por las giras tuviera que perderse algunas de sus etapas. En un abrir y cerrar de ojos llegaría a la edad de Akira y sería mucho más independiente. Estiró un poco los labios y se sentó en el sofá contiguo olvidándose por un momento de aquella culpa que lo acongojaba...

Había contenido el llanto al ver y sentir los tiernos mimos de su hijo. Tomó sus manitas y le sonrió aunque con cierta tristeza. Quizás ahora solo debía esperar a que cayera la noche y que su novio volviera, después de haber hecho quien sabe qué cosas con esa mujer... Y pensar que lo había dejado dormir en su cama esos días... Se pasó una mano por la cara con cierta exasperación.
Ahora que lo meditaba, no tenía idea de qué cara poner o cómo mirarlo a los ojos. No iba a reaccionar de una manera equivocada eso lo tenía bien pensado, no podía mostrarse débil ante él. Gackt no podía saber lo afectado que estaba.
Antes había pasado por el lugar del cantante y recordaba que a él no le habían hecho nada malo después de la decepción aunque no podía comparar las situaciones, él con toda tranquilidad simplemente debía usar el control mental para tener a sus amantes en paz con su persona.

Rió amargamente, momentáneamente dominado por su ego, suspiró hondo y luego de despejarse un poco, empezó a juguetear con Demian, solo para distraerse. Después de un momento estaba por estirarse a tomar el control del televisor cuando las llaves en el cerrojo le alertaron. Casi saltaba del sillón si no fuera porque tenía al bebé en las piernas.
Trató de calmarse diciéndose a sí mismo que Akira había olvidado algo y era quien abría la puerta pero de pronto la idea de que era Gackt quien se encontraba del otro lado le daba un repentino pánico.

Podía subir a la habitación y no darse ni por enterado de que había vuelto tan pronto... ¡diablos era demasiado tarde!. El menor entraba en el penthouse como si nada. Le miró apenas de reojo y logró encender la tele con fingida calma. Sin embargo y seguramente sus ojos enrojecidos por el llanto lo delatarían en cualquier momento. Trató de girarse hacia el aparato aún sosteniendo a su hijo, como si esperara que con eso se notaría menos aquel estado lamentable. Escuchó la voz del pelinegro pero no contestó, no porque no pudiera o quisiera, no había hecho falta. Se sintió aliviado de no tener que abrir la boca, hasta que Gackt hizo la segunda pregunta.

¿Que si pasa algo? Desgraciado pito fácil... Pero afortunadamente eso no pasó de su boca. Con calma levantó la vista hacia él y le habló con el tono más pacífico que pudo. -¿Debería pasar algo? Tú dime, ¿pasa algo?- Le miró fijamente por primera vez luego de aquello, despegando por fin la mirada de la pantalla y clavándola en el otro con decisión, sobra decir que no era una mirada para nada agradable...

Sintió aquella fija mirada ajena como su fuera una fuerte clavada en el pecho. Claro que algo pasaba, esos ojos enrojecidos y la frialdad de su expresión. De pronto sintió como su respiración se comprimía en ese preciso momento, pero ¿qué le pasaba?... Mantuvo la mirada sólo por un pequeño momento sobre la de su novio, pero simplemente no podía soportarlo más desviándola al televisor en tanto negaba a la pregunta. - No pasa nada... - Mintió una vez más, una mentira más a todas las que había hecho aquella semana con la diferencia que ahora lo hacía de una forma mucho más descarada.

No se suponía que debía estar ahí precisamente, debía estar trabajando porque había mucho que hacer. Se aclaró la garganta, no podía ignorar el estado de Hyde así como así y aunque le costara trabajo por sentirse tan cínico con su actitud preocupada, debía saber que era lo que ocurría y no es que fuera completamente un cínico, realmente le importaba. El mayor en todo ese tiempo jamás había actuado de aquella forma. ¿Y si ya sabía lo que había pasado aquella noche en la fiesta?. La interrogante volvió de forma tortuoso a su cabeza. No, eso no podía ser posible. Nadie más que Vivian y él lo sabían, eso creía...

- Tienes los ojos sonrojados, ¿seguro que no pasa algo? - Decidido volvió a mirarle.
Que ganas de que nada hubiera pasado con aquella chica, estúpidamente había caído y no podía culpar de todo al alcohol pues hasta ese mismo día había sentido cierta atracción por el cuerpo de la modelo, pero sólo había sido eso. Una atracción completamente carnal.
Tomó su mobil de uno de sus bolsillos y vio la hora. - Llevaré a Demian a la productora, hace días que no pasamos tiempo juntos - Dijo cuando volvía de meter el aparato a su lugar...

¿De verdad no tenía pensado decirle nada? Ahora la tristeza se llenó un poco de decepción. Quería llorar pero ahora de coraje. Realmente de alguna estúpida manera creía que al hacer esa pregunta, Gackt pretendía enterarse de algo, y él había sido lo suficientemente bueno como para mínimo darle una pista de que realmente todo pasaba y solo tal vez así recapacitaría y le diría todo.
Que se lo dijera, no pedía más. Que le dijera que solo había sido un momento de debilidad, una calentura. Él era hombre también y había pasado por eso, aunque sonara sumiso, podría entenderlo. Era una de las cosas que le gustaban de que ambos fueran hombres, esa comprensión que no podía darse entre un hombre y una mujer.

Pero no, parecía que no iba a pasar, y ahora sentía que lo estaba tratando como si fuera tonto. No le dijo nada después de esas preguntas, ahora él había desviado la mirada a la tele. Demian en cuanto escuchó las palabras del cantante dio un saltito y miró a Hyde. -Maa, puedo ir?-
Miró al niño, pero de pronto no sentía ni una pisca de compasión, no por él si no por Gackt. Levantó la mirada a este último. -Lo lamento, no lo he bañado, creo que tendrás que llevarlo otro día.- -O tal vez nunca te deje volver a verlo- Pensó casi sin darse cuenta y se quedó ahí sentado mirando el televisor dandole a entender que no pensaba correr al baño solo para que se lo llevara. Su tristeza definitivamente estaba mutando a algo parecido al rencor y eso no era bueno para nadie. Recordó vagamente lo que había hablado con KAZ sobre como se sentía luego del incidente con su alma aunque en ese momento no pudiera pensar claramente.

Luego de apenas unos segundos volvió a dirigir aquella mirada fría a su novio. -Creí que tenías muchas cosas qué hacer...- Hizo una pausa sin despegar la mirada de él. Y luego con toda la hipocresía que pudo reunir, le sonrió con total ternura. -Y de todas maneras Demian no te dejaría trabajar, querido- Tomó a Demian de su regazo y lo sentó en el sillón solo para ponerse de pie.
Caminó hasta el pelinegro y como acostumbraba cuando se ponía de cariñoso se sentó en sus piernas. Se abrazó de su cuello y depositó un pequeño beso en este, evitando con todas sus fuerzas pensar que ella lo había tocado minutos antes. -Se te va a hacer tarde nee...- Susurró de esa forma melosa que le salía con él, ahora casi toda fingida.

Por un momento se sintió bastante nervioso y más aún cuando tuvo al mayor sobre sus piernas, se estremeció por aquel beso en su cuello, pero decidió no darle mucha importancia. De pronto era como si Hyde hubiera vuelto a la normalidad, como actuaba todos los días y eso le hacía sentir un poco más seguro... sólo un poco. De todas formas no le abrazó, dejó los brazos a cada lado de su cuerpo y en cuanto a Demian simplemente aceptó.

Tomó la cintura ajena sólo para hacer que se pusiera nuevamente de pie. - Si, ya voy... - Su voz era algo monótona, definitivamente no podía o mejor dicho no se atrevía a aceptar esas caricias de su novio como si nada pasara. - Entonces otro día llevaré a Demian - Terminó por ponerse de pie también y se acomodó la chaqueta.
Se acercó a su pequeño hijo que aún estaba sentado en el sofá y lo tomó en brazos. - Iremos otro día ¿si? - Le sonrió ampliamente y besó su frente recibiendo un pequeño abrazo por parte del menor, el que aceptó agradeciendo además aquella acción por parte del bebé.

De reojo miró a Hyde ¿qué se supone que debía hacer?, ¿cómo seguir las cosas tal como eran antes de aquella fiesta?... ¿y si le contaba a You?, tal vez sería bueno para él decirle a alguien, pero seguro You le diría que había sido un completo estúpido, independiente de todo lo ocurrido con Hyde y que eso lo mantuviera en secreto por un largo tiempo, You seguro se enfadaría con él por haber sido tan irresponsable. Suspiró y negó suavemente con la cabeza intentando alejar todos esos pensamientos que poco a poco se acoplaban en su cabeza.
Dejó al niño en el suelo y se giró hacia el castaño. - Entonces nos vemos en unas horas - Se acercó un poco con la intención de despedirse con un beso en la boca, pero esperó un momento algo dubitativo...

Se quedó de pie, con los brazos cruzados, mientras Gackt se despedía y tomaba al niño. Notó su mirada, notaba su tensión y sus peleas mentales, casi podía verse a sí mismo. Con la cara agachada, una sonrisa casi burlona surcó su cara, pero no para el menor, para él. Se burlaba de su propia debilidad.
-Nos vemos- Contestó mostrando esa sonrisa ya antes mencionada.
Al sentir su cercanía y sin pensarlo se elevó sobre las puntas de sus pies y fue él quien lo besó en la boca, un beso corto pero que llevaba consigo esos sentimientos que lo invadían.

Internamente también se encontraba en un dilema. Tenía por un lado la inquietud de hacerle entender a Gackt que no requería de otras personas, que él le daba todo lo que necesitaba, al menos sentía que se esforzaba en ello. Y por otro lado quería darle un escarmiento... pero carajo, lo amaba tanto. Aún le dio tiempo de mirarle a los ojos, buscar que se sincerara con él. Sin abrir la boca le imploró que no pasara de un simple deseo carnal. Pero de repente el nudo en su garganta volvió a aparecer impaciente por dejarle soltarse a llorar.

-Ve con cuidado, amor- Continuó sonriéndole pero cada segundo era más forzado, sentía que se ahogaba. Optó por tomar al cantante del brazo y llevarlo con calma hasta la puerta...

Ya habiendo alejado todos los pensamientos que incansablemente hacían que se torturase a sí mismo caminó a paso lento hasta la salida. Una vez ahí se giró para mirar a su novio y depositó un pequeño beso en una de sus mejillas. - Nos vemos - Dijo por último antes de salir y cerrar la puerta a su espalda. Respiró hondo una vez estuvo solo en el pasillo y algo decaído se dirigió al elevador.

Definitivamente necesitaba hablar con alguien y ese alguien debía ser You, su mejor amigo, casi hermano. Debía hacerlo, seguro él tenía un buen consejo.
Tomó su mobil y marcó el número en tanto llegaba hasta el estacionamiento, esperó un momento mientras sonaba el tono de marcado hasta que por fin aquella voz se escuchó por el otro lado de la línea, le pidió que se juntaran antes de ir hasta la productora con los demás. Seguramente el guitarrista lo conocía tan bien que notó de inmediato aquel tono de voz, algo pasaba, Gackt se oía extraño...

En resumidas cuentas el día transcurrió de forma "normal" después de todo eran unos profesionales y sabía como separar lo personal de lo laboral y aunque You estaba un tanto molesto por todo lo que Gackt le había contado no podía hacer mucho, el líder era su amigo y estaría con él aún cuando cometiera errores como ellos, pero no estaba de acuerdo con sus acciones en lo absoluto y eso por supuesto que se lo hizo saber.

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Ya eran casi las diez de la noche, manejaba de vuelta a casa reflexionando o al menos intentando hacerlo. Las palabras de Kurosaki llegaban a su mente: - Gackun... deberías decirle, se supone que hay confianza ¿no? díselo... no puedes ocultarlo por siempre, algún día se enterará y no será bueno para nadie... -.
Eso era cierto, era bastante cierto y desde un principio sabía que aquello era lo correcto, pero de alguna estúpida forma lo ocultó.
Ni siquiera notó el tiempo del viaje y ya estaba entrando al edificio, estacionó el vehículo y salió cabizbajo. Extrañaba tanto los sinceros besos de Hyde, extrañaba corresponderlos y mirar sus ojos... extrañaba la calidez de su cuerpo y de sus palabras... ese cariño que sólo el mayor podía otorgar... Que idiota era.
Subió hasta el séptimo piso, nuevamente se encontró con aquel pequeño pasillo y muy pronto con esa puerta que lentamente abrió. Todo en el interior estaba en silencio, seguro ya todos estaban en sus respectivas habitaciones, suspiró con cansancio. Ahora que ya estaba ahí no estaba tan seguro como antes... tenía claro que debía hablar con el castaño, pero quizás en otro momento. Se dirigió a la habitación que compartían juntos y giró la manilla para luego apenas asomar su rostro, ahí también había silencio... un incómodo silencio que no podía ignorar tan fácilmente...

Le dedicó una última sonrisa antes de que la puerta se cerrase frente a él y permaneció ahí viendo aquel pedazo de madera como si esperara a que Gackt volviera y se decidiera a decirle algo, pero así pasaron los minutos y nada ocurrió. No salió de su pequeño trance hasta que escuchó detrás suyo los pasitos de Demian que se dirigían rápidamente hacia él. Y a pesar del nudo en su garganta, aguantó el llanto un poco más, apenas dejando escapar una sola lágrima que se encargó de borrar de inmediato con la manga del suéter, al sentir el leve jalón en su pantalón.
Se agachó para coger al bebé en brazos y le sonrió. -Ya escuchaste a tu papi, otro día podrás ir con él- Lo abrazó un momento, apretándolo ligeramente. Entre sus brazos sostenía a uno de los lazos más fuertes que lo unían al cantante. No podía ser tan irresponsable, nuevamente lo maldijo en su mente.

El día pasó sin percances, aunque lo sintió demasiado lento para su gusto. A las ocho recogió a Akira en el colegio. Al llegar a casa, alimentó, bañó y acostó a Demian. El mayor imitó a su hermano y después de cenar, se duchó y se encerró en su habitación. Después de las nueve, por fin pudo tener un momento para él. Llenó la bañera de agua y jabón, puso el reproductor de música en su teléfono, se quitó la ropa y se metió a la tina para relajarse un poco.
Cosa que realmente no pudo hacer, pues solo el silencio y la repentina soledad que invadió el cuarto de baño hicieron que comenzara a pensar nuevamente.

Las imágenes de esa mañana se repetían sin reparo, torturándolo cada segundo un poco más. Sin embargo, seguía preguntándose ¿por qué sentirse así? Alguna vez habría pensado que no era para tanto pero no ahora. Simplemente todo estaba pasando en el momento equivocado, en uno en donde se encontraba demasiado vulnerable a sus propios sentimientos. Todavía no terminaba de acostumbrarse a ser humano.
Lloró por largo rato debatiéndose internamente sobre lo que podía pasar. Si Gackt dejaba de quererlo y se iba con esa mujer. En tan poco tiempo se había acomodado a su presencia, a tenerlo con él bajo el mismo techo, a compartir su vida. ¿Qué haría si lo dejaba? O mejor aún, ¿qué había hecho mal para que le pagara así?

Llevaba años alejado de esas malas costumbres, ni una sola vez le había pasado por la cabeza pintarle el cuerno, ¿así de importante era Gackt? Le había jurado amor a muy pocas personas realmente y a esas pocas eventualmente las había engañado. No terminaba de explicarse por qué este tipo era diferente. Con él se sentía completo y amado, con mirarlo a los ojos sentía que no necesitaba nada más.
Entre las lágrimas que bañaban sus mejillas se encontró sonriendo. Aunque pensara en mil y un formas de vengarse de él, no podría hacer nada al final. Su recuperada humanidad se lo impediría. Terminaría perdonándolo si se lo pedía, que patético se sentía. Pero estaba enamorado y lo último que haría sería dejarlo así como así.

Sabía que Gackt también lo amaba y así sería hasta que definitivamente no pudieran más. Se limpió la cara y de una vez terminó de bañarse. Más tarde cuando ya estaba con el pijama, metido entre las sábanas, la música seguía sonando en el volumen mínimo. Tenía el aparato debajo de la almohada para que solo él pudiera escucharlo. Orenji no taiyou hizo sonar sus primeros acordes cuando la puerta del penthouse se abrió y se cerró en la planta baja. El reproductor de música o era cruel o era preciso. La puerta del cuarto se abrió también luego de un momento, se aplastó levemente contra la almohada para ahogar el sonido. Escuchó claramente la respiración de Gackt detrás suyo. Esperó un momento y se giró lentamente sobre la cama.

La música seguía sonando cerca de su oído, hablarían ahora si o si. Estiró una mano para apartar las sábanas del lado en donde siempre se acostaba su novio y con una palmada en el colchón le invitó a unirse. Sabía que aún tenía los ojos un poco enrojecidos y seguramente se vería terrible por llorar tanto...

Se acercó hasta la cama sin antes cerrar las puerta tras de sí. Sintió esas sutiles palmaditas sobre el colchón, dando un vuelco de 180 grados al ambiente tenso que de pronto había sentido al interiorizarse en el Penthouse. Se sentó en el borde de la cama y se quitó los zapatos al igual que la chaqueta.

Estaba nervioso, preocupado e incluso tenía miedo, se giró hasta apoyarse en el respaldo de la cabecera, miró a su novio y sólo ahora que ponía atención notaba lo enrojecido que seguían esos ojos, tal vez había sido por la sutil luz de las lamparas que le había impedido fijarse en tal detalle. Se sintió una basura, ¿cómo podía seguir así? - ¿Estabas llorando? - Preguntó en un susurro sin despegar la vista de la ajena.

Nuevamente las palabras de You se hicieron presente, al parecer ello se empeñaba en torturarlo y aún más por el estado de su pareja. ¿Qué era lo que ocurría con él?... pero claro que no se había dado cuenta pues estaba egoístamente preocupado de mentir.

Respiró hondo y bajó la vista. - ¿Cuándo regresé a buscar las llaves también estabas llorando, verdad? -

Tampoco despegó la vista de la ajena, continuó mirándole aunque no supiera qué decir aún. Apenas asomaba la cabeza entre las sábanas cubriéndose hasta la barbilla. Con sus palabras le confirmó de inmediato el estado lastimero en el que había pensado, se encontraba. Y finalmente, asintió sin mayor duda, a ambas preguntas. Esperó otro momento pero ninguno de los dos dijo nada. Generalmente era caprichoso y explosivo, en cualquier otra situación le habría gritado y hubiera hecho berrinche, inclusive hubiera continuado con esa indiferencia y frialdad de horas antes, pero ya no, ahora se sentía débil. Demasiado dolido para tirarle las cosas en cara.

-¿Qué te hace falta, Gackt?- Soltó de pronto luego de mirarlo por largo rato, la canción que sonaba junto a su oído iba llegando a su fin. Le traía lindos recuerdos, quizás eso también le impedía explotar de pronto. -¿No eres feliz conmigo? Porque si es así, debes decírmelo. Y esta vez quiero que me digas todo. Porque me estás haciendo mucho daño.- A cada palabra que salía de su boca, su voz iba quebrándose nuevamente.

Le dolía ver que su novio actuara como si nada pasara, y encima se empeñara en mentirle. Le dolía toda esa semana de cariños forzados, insípidos y tan fugaces. Pero sobre todo, esas imágenes seguían tan frescas en su mente, todo era tan reciente...

Escuchó aquella pregunta y supo de inmediato, Hyde lo sabía. Claro que eso debía ser, por eso actuaba así, por eso sus ojos sonrojados, por eso esa tristeza que emanaba.
Sonrió amargamente para sí mismo. Había estado engañándose todo ese tiempo para nada, ignorando fríamente los sentimientos ajenos como si no importaran en lo absoluto.

Volvió a mirarle. - Fue un error, jamás debió pasar... pero pasó - Dijo por fin, ya no podía seguir ocultándolo, ya no hacían falta las mentiras. Era hora de hablar, de aclarar todo. Si Hyde se molestaba, que eso lo daba por seguro, no lo culparía.
Lo había arruinado, cada vez él mismo se encargaba de empeorar las cosas. - Arruiné todo... te amo y no hay algo que me haga falta estando contigo. Temía que esto pasara, por una parte sabía que debía decírtelo, pero por otro lado no quería causarte dolor... - Dijo todo aquello en un suave susurro. Llevó una mano a su propio rostro y la deslizó.

Prefería que el castaño le gritara o le reclamara, pero esa actitud tan sumisa le hacía sentir peor. - Perdóname - Sin esperar respuesta inmediata volvió a girarse, otra vez sentado sobre el borde de la cama dándole la espalda a su compañero...

Le escuchó, grabándose cada palabra, sintiendo como cada una de estas le apuñalaba el pecho. Verlo con aquella chica había sido una cosa, que Gackt lo confirmara le hacía sentir todavía más miserable. Lanzó un suspiro apenas perceptible y con calma se incorporó en la cama quitándose las sábanas del cuerpo. Observó con tristeza la espalda de su pareja, sentía su arrepentimiento pero había sido una mentira tras otra, si las cosas hubieran sido diferentes...

-¿Qué pasó, Gackt? ¿En dónde? ¿Desde cuando? ¿Por qué?...- Las preguntas se atropellaron tanto en su mente como en su boca. De un momento a otro la voz afligida se había esfumado y había aparecido ese tono de reproche. Se mordió los labios para no seguir preguntando, hasta cierto punto temeroso de las respuestas que pudiese conseguir. Escuchó su última petición. No era la primera vez que el cantante le pedía perdón, a lo largo de su relación habían habido baches. Como en todas las relaciones. Es normal. Pensó. Agachó la mirada clavándola en el colchón, como había analizado antes, podría comprender sus razones; "una calentura" era su primera opción y claro, muchos otros factores que pudieron haberle acompañado a eso. Él había estado ahí antes.

-¿La quieres?- Saltó de repente, levantando la cara y habiendo recuperado el modo tranquilo, ya que además de no sentirse con ánimos de reclamarle, no era ni la hora ni el lugar para hacerlo.

Escuchó cada una de sus preguntas apresuradas, notando de inmediato la necesidad de su novio por saber al instante todo lo que pasaba. Respiró hondo, estaba dispuesto a responder una a una. Ya no habrían más mentiras, no hacía falta más mentiras.

Abrió la boca, pero justo en el momento en que se disponía a hablar esa última pregunta le hizo mantener el silencio. ¿Qué si la quería?. Sonrió de medio lado de forma sarcástica. Se giró apenas un poco para mirarle por sobre su hombro. - Me acosté con ella... hace una semana, pasó en una de las fiestas del grupo. ¿Por qué? ... - Alzó sutilmente los hombros y negó. ¿Cómo responder algo como eso? ¿Qué le tenía que decir?. Pensaba que si era muy directo diciendo algo como "Me acosté con ella porque quise" o "porque me dejé llevar por el momento", Hyde se sentiría peor, seguro ahora estaba molesto y ¿cómo no iba a estarlo?.

- ¿Por qué debería quererla para acostarme con ella?. Sabes lo que siento por ti, lo que pasó con Vivian no fue más que un error - De nueva cuenta se giró, pero no se quedó ahí, se puso de pie y dio la media vuelta para ahora quedar de frente con el mayor.
- Hyde... ella no es mi amante, sólo pasó una vez... y hoy. No creas que hay lazo alguno que me una a ella... no los hay, jamás lo habrán. Es a ti a quien amo y si, fui un imbécil... no te reclamaré nada, no tengo derecho de hacerlo, fue mi culpa... - Se pasó una mano por el cabello y miró abajo, a sus pies.
¿Y si Hyde decidía que debían alejarse un tiempo? ¿Si le pedía que se fuera de la casa?... no podría poner peros, se lo merecía y eso lo sabía perfectamente.

Y una vez más, su mal y su remedio se encontraban respirando como un solo ente, y lo tenía frente a él. A cada segundo dolía más, dolía mucho, sentía como si su pecho se hiciera pequeño y no dejara espacio para que su corazón latiera con normalidad. Escuchó lo primero que dijo Gackt, captando cada detalle en sus palabras. Claro, el por qué era obvio, se regañó por haber preguntado.
Lo que vino a continuación del silencio fue algo a lo que no pudo prestar más atención. "Una semana", aquello retumbó en su cabeza haciéndole distraerse por completo de la situación y para cuando el menor giró a mirarlo estaba nuevamente con la cara agachada, sintiendo como las lágrimas habían cedido y le recorrían las mejillas.

Lloró en silencio pero estaba como en un estado ausente, no terminaba de comprender. Tal vez estaba siendo exagerado pero una vez más le echó la culpa a la falta de costumbre al "sentimentalismo". Dejó que terminara de hablar y luego de unos segundos levantó la cara y limpió sus lágrimas con una mano. Le respondió en un susurro. -Entiendo- Se giró entre las sábanas para tomar un pañuelo de la mesita de noche que tenía al lado y se limpió la nariz. Hecho esto, permaneció sentado en la cama con las piernas cubiertas por la tela blanca. Nuevamente miró a Gackt y suspiró, dibujando una mínima sonrisa.

-Tal vez si me hubieras dicho que te acostaste con ella anoche, todo hubiera estado... bien...- Hizo una pausa y dejó escapar una risa sarcástica. -Pero... ¿una semana, Gackt? ¿Una semana y esta mañana te la estabas comiendo en el estacionamiento?- Negó con la cabeza de forma reprobatoria. -No fuiste un imbécil, cariño, lo eres.- En un arrebato un tanto infantil pero con una intensión completamente contraria, tomó la almohada que usara su novio todas las noches y se la lanzó con un poco de fuerza contra el pecho. -El cuarto de huéspedes está vacío.- Se alzó de hombros. -No sé, creo que esta noche me apetece llamar a alguien más para compartir la cama...-

Le miró con una ceja levantada de modo retador y finalmente se recostó dándole la espalda y cubriéndose hasta el cuello con las sábanas. Pero al no tenerlo a la vista, su expresión cambió de inmediato, seguro esa noche lloraría como no había llorado en cien años...

Sostuvo la almohada a la altura de su pecho, ahora sólo veía la espalda del castaño y por unos segundos estuvo convencido de irse de ahí, tal vez la casa de You, Chacha o Yoshiki...
Frunció el ceño y esta vez fue él quien negó con la cabeza, tenía claro que si Hyde estaba enojado era lo más lógico, pero aunque eso fuera lo "normal" no le gustaba ¿A quién le gustaría estar en una situación así?. Además, ¿cómo debería tomarse esa última frase?, chasqueó la lengua.

A veces no entendía las reacciones de su novio y ahora que lo pensaba tampoco estaba seguro de lo que él podía ser capaz y eso por supuesto le molestó.
¿Qué era lo más común en esos casos? ¿Y si e iba un tiempo de la casa?... si se daban un tiempo, por lo menos así el mayor podría pensarlo mejor, podría considerar muchas cosas... para bien o para mal. Era un riesgo que debía correr después de todo.

Dejó la almohada sobre la cama y caminó rodeando esta hasta llegar al lado de Hyde, se posicionó en cuclillas. - ¿Quieres que me vaya, en serio? - Preguntó mientras le destapaba apenas y tomaba una de sus manos. - Ni siquiera sabes como pasaron exactamente las cosas... quizás no es como te lo imaginas - Explicó antes de sentarse en el bode del colchón e hizo que el vocal se sentara una vez más.
Le abrazó y se acercó a su oído. - Te amo - Susurró apenas audible.

El silencio que se había instalado en la habitación lo puso nervioso, aún más al estar consciente de que Gackt no se iba. Esa sensación de escalofrío al sentir su mirada le hizo encogerse un poco. ¿Por qué no se iba? Cerró los ojos con fuerza y se limpió la cara con las sábanas pues aún tenía los ojos llorosos. Sin embargo, al momento en que los abrió y se encontró con el menor frente a él, su primera reacción, algo tonta, fue cubrirse hasta la cabeza con las sábanas. No quería que lo viera tan vulnerable.

-No, no quiero que te vayas. Quiero que te quedes conmigo y me digas que no volverá a pasar, que me amas a mi y a nadie más que a mi...- pero sus reclamos mentales se vieron interrumpidos por las acciones ajenas. Cuando menos lo esperó estaba siendo rodeado por sus brazos. Un abrazo que rápidamente logró emanar ese calor que extrañó hace una semana. Se dejó abrazar sin remedio por un momento, hasta justo después de escuchar precisamente eso que quería escuchar. Lo empujó con cuidado con ambas manos, sin alterarse. Simplemente para apartarlo.

Le miró a la cara todavía con un reflejo de tristeza en la mirada. Apretó los puños tomándose de la ropa del cantante. -No me hagas esto, por favor.- Se quedó inmóvil un par de segundos, sosteniendo con fuerza la tela de la camisa de Gackt. Lo jalaba ligeramente y al mismo tiempo lo empujaba, queriendo y no queriendo continuar con aquel contacto. Irremediablemente tentado a perdonarlo una vez más. Pero finalmente negó con la cabeza. -Si de verdad me amaras, nada de esto estaría pasando- Se soltó y se quedó sentado junto al menor con la vista perdida en un punto invisible en medio de ambos. -Ya no sé si pueda confiar más en ti- Sentenció finalmente volviendo a recostarse...

¿Confianza? Al final de eso se trataba todo, al confianza que se había creado entre ambos y que de pronto ya no estaba, que se esfumaba por su culpa. Estaba seguro de que amaba a Hyde, eso no lo iba a dudar e ningún momento, con el castaño tenía un hijo, un hogar, una familia... que estúpidamente se encargaba de romper.

Suspiro con desgana viendo como su novio volvía a recostarse, ¿De qué forma pedirle perdón?... ¿Cómo hacerle entender que él era a la única persona que amaría de esa forma?.
Buscó el rostro ajeno, se inclinó y deposito un pequeño beso en una de sus mejillas. - Te amo - Volvió a repetir en un susurro.

Acarició su cabello y le sonrió apenas. - Hyde... sé que es imposible que confíes en mi tan fácilmente... - Una vez más y con suavidad hizo que se sentara para así rodearle con ambos brazos, pegándolo a su cuerpo con algo de fuerza. - Perdóname... soy un idiota, un estúpido... pero yo sólo te amo a ti, sólo quiero pasar mi vida junto a ti - Se separó apenas, sólo para ahora besar sutilmente sus labios intentando demostrar todo ese amor que describía con palabras...

Justo en el momento en que los labios de su novio tocaron su mejilla supo que no iba a lograr ser fuerte ni mantener su decisión. Y es que a pesar de la situación, y como siempre le sucedía, lo único que ansiaba más que enojarse con él, era abrazarlo y besarlo como si nada estuviera pasando. Cerró los ojos al recibir aquel beso y después, como si Gackt fuera ahora quien pudiera leer su mente volvía a abrazarlo.
Esta vez permaneció ahí más tiempo, sin moverse aún, odiaba admitirlo pero ser firme le resultaría imposible.

En eso estaba pensando cuando la última frase llegó tan cerca de su oído. Tal vez su actitud y su posición ante Gackt podrían prestarse para ser presa fácil de sus engaños en futuras ocasiones pero estaba consciente de que había sido la primera vez y sentía que el idiota era él, pero le creía. Fue entonces que sus labios sintieron el cálido contacto de los ajenos, fue un beso lento, uno que le hizo sentir aquella especial punzada en el estómago. Dejó que durara un momento más, la desafortunada verdad era que lo estaba disfrutando como antes. Ya no tenía escapatoria.

Pero aún así y luego de unos segundos, apartó a Gackt de un leve empujón y como acto reflejo le asestó una bofetada. -¿Por qué? ¿Por qué demonios me haces sentir así?- Hizo una pausa en la que lo observó fijamente pero sin esperar a que dijera nada, se tomó de su camisa una vez más. Lo zarandeó débilmente. -Si eres un idiota y un estúpido... y te odio...- Sin duda, ya no tenía por donde zafarse. Lentamente terminó por subir los brazos sobre los hombros del menor rodeándolo con firmeza y jalándolo un poco hacia si, y finalmente atrapó sus labios en un beso más profundo aunque igual de lento y tierno que el anterior.

Quizás sonara algo bastante malvado, pero estaba seguro de que tenía oportunidad de que Hyde lo perdonara o quizás no, pero aunque estuviera enfadado, que era lo más seguro, el mayor cedería rápidamente.
De pronto y bastante sorprendido se encontraba con el rostro sutilmente girado hacia un costado debido a la repentina bofetada que el castaño le había asestado. Frunció apenas el ceño y cuando estuvo dispuesto a decir algo al respecto su boca se encontró nuevamente con la ajena en un beso más profundo que no dudo en corresponder.
Paso las manos por la cintura de su novio y se acercó posicionándose sobre él, aprovechando la situación.

Se encargó de prolongar unos segundos más aquel beso que de pronto se volvía mucho más intenso que antes, apenas separó sus labios de los otros mirándole fijamente a los ojos. - Te amo - Volvió a repetir en un susurro sólo para Hyde.
Bajó hasta su cuello y besó la suave piel de este, con gentileza sin dejar algún tipo de marca. Sólo besos que demostraban cariño, el afecto que sentía por él... aunque le costara creerlo otra vez, era lo que sentía.

Apoyó el mentón en uno de sus hombros justo después de depositar otro beso en aquel lugar. Ahora mismo se sentía como si fuera un bastardo, tenía claro lo que podía provocar en su pareja, claro que lo sabía y ahora lo confirmaba. Sonrió de medio lado en tanto subía una de las manos a la espalda del otro dando pequeñas caricias por toda la extensión.

Y entre más lo repetía Gackt, más se lo creía. ¿De verdad era así de idiota como humano? Como si no conociera esa actitud, como si no hubiese vivido aquello en carne propia... Suspiró resignado una vez los labios del menor se dirigieron a su cuello, aunque no del todo convencido. Ese impulso era como muchos otros. Lo había golpeado y besado durante los mismo cinco segundos, ¿cómo se supone que interpretara esas reacciones de su parte?
Acarició el cabello de su novio mientras se dejaba besar y finalmente, cuando este acariciaba su espalda, pasó un brazo por su cintura y lo abrazó de forma posesiva.

-Sé que está comprobado que estas situaciones son naturales. Que es casi imposible reprimir aquella parte de las necesidades humanas. Tal vez entiendo que lo hiciste porque ella pudo darte alguna cosa que yo no puedo...- Hizo una pausa breve y una sonrisa pequeña se dibujó en su cara. -Aunque realmente dudo que lo haya hecho mejor que yo...- Lo había dicho realmente serio a pesar de la sonrisa.

Rió levemente y de inmediato hizo otro silencio. Se acercó a su oído y antes de continuar, suspiró ahora cerca de este. -Si esto vuelve a pasar, no me hago responsable de mis actos, amor...- Subió un poco las manos por su espalda mientras depositaba largos y apretados besos en su cuello. Pero de pronto aquella imagen de esa mañana se hacía presente en sus recuerdos, sin embargo, esta vez solo se quedó así un momento más y luego de unos minutos lo soltó, se apartó de él unos centímetros. -Ahora anda a darte una ducha. Me rehuso a dejarte dormir así en mi cama...- Le sonrió con ternura.

Suspiró y le miró a los ojos en el momento en que estuvieron separados, de alguna forma le resultaba divertido que Hyde se lo tomara así tan fácil, le convenía que así fuera... de eso no había duda. Pero tampoco es que fuera todo tan simple, el mayor ya lo había advertido.

Suspiró y se levantó hasta ponerse de pie a un lado de la cama y se miró hacia abajo. - ¿Así cómo?... - Frunció un poco el ceño y volvió a mirar a su novio, se imaginaba que tal vez era por lo que había pasado al medio día, pero tampoco era para tanto ¿o si?...

Tal vez lo mejor sería que ese día durmiera en la otra habitación, aunque estaba conforme con la actitud de Hyde, sabía que no era lo correcto, que las cosas no debían ser así y a pesar de todo no dejaba de sentirse culpable. Miró hacia el suelo un momento en completo silencio para después alzar el rostro. - Iré a dormir... - Le sonrió apenas y terminó por acercarse e inclinarse hasta depositar un suave beso en la mejilla del castaño, acarició su cabello y volvió a depositar otro beso, pero esta vez en su frente.

Si le decía lo que pensaba tal vez las cosas empeorarían, tal vez era mejor guardar silencio sobre eso y por un tiempo mantener la situación en un línea... hasta que mejoraran...

Le sorprendió la reacción de Gackt hasta cierto punto, pero no dijo nada. Absolutamente nada durante largo rato. Solo le observó desde su lugar en la cama. Aceptó su beso un tanto desilusionado por la conclusión de todo. Ahora tenía sentimientos encontrados; aunque si no quería dormir con él, era lo correcto por ahora, o eso suponía.

Se tapó con las sábanas hasta el cuello, en un intento por cubrir el berrinche interno que se aproximaba con tal velocidad pero de un segundo a otro ya no tenía ganas de estar ahí. -Buenas noches~- Murmuró apenas con un hilo de voz y después de una larga pausa.

Le miró sin moverse, Gackt tampoco se movía. Comenzaba a experimentar nuevamente esa sensación de molestia. Tentado a gritarle que se fuera o algo pero que no lo mirara más. -Que descanses- Finalmente se giró una vez más, solo para no verlo. Sacó el móvil de debajo de la almohada, que hasta ese momento seguía sonando. Apagó la música y dejó el aparato en la mesa de noche dispuesto a continuar con lo que había planeado antes aunque más pendiente de su novio y su extraña forma de actuar...