Un año después... -Gackt-

No desvió la vista en ningún momento ni aún cuando la ajena se clavó en la propia, dejó los brazos a cada lado de su cuerpo y cuando el otro terminó de hablar dejó de apoyarse en el mueble.
- Es lógico que no puede evitarse... - Dijo por último antes de salir de la habitación, dejó la puerta abierta y bajó por las escaleras lentamente hasta que llegó a la sala, pero aún así pasó de esta y fue directamente a aquel salón sólo para él, en donde estaba su piano.

Se sentó frente al enorme instrumento, tocó una tecla, no era un momento para ponerse a tocar. Subió los antebrazos a la superficie y los cruzó apoyando el mentón en estos.
Desde ahí podía verse una hermosa vista, los ventanales rodeaban todo el lugar y dejaban entrar algunos rayos de sol que aún calentaban la tierra.

No podía culpar a Hyde por las cosas, de hecho no tenía por qué culparlo... él era así y aún cuando supo lo más relevante acerca de él se empeñó en tenerlo a su lado.
Había preferido salir de la habitación, seguramente hubiera dicho algo más que pudiera hacer sentir mal a su koi y no era la idea por muy enojado que estuviera ahora. Cerró los ojos un momento y disfrutó del silencio en tanto intentaba no pensar en nada...

Ya no pudo responder nada más a sus palabras, el menor había salido de la habitación y él se había quedado con otras tantas cosas más que había considerado decirle en ese momento y que obviamente ahora no iba a ser posible. No iba a seguirlo, sabía como era aquel proceso, irresponsablemente había causado muchas veces ese estado de reflexión en su pareja.
Soltó un largo suspiro, como si lo recién dicho le hubiese quitado un gran peso de encima. Se dejó caer en el colchón con los ojos cerrados y se llevó las manos a la cara tapando la mitad de esta. Por más que pudiera odiar que Gackt se molestara con él, sentía que al mismo tiempo no podía hacer más que empeorar las cosas.

Pasaron unos minutos antes de que pudiese ponerse en pie, en cuestión de segundos bajó a la cocina, buscó en el congelador una de esas bolsas de sangre que aún conservaba ahí y subió de vuelta. Pero no volvió a la habitación principal, continuó de largo hasta la de Demian.
El niño había caído en un profundo sueño, tomó el biberón vacío que estaba tirado al lado de su pequeño cuerpesito y lo dejó en la mesita de noche. Permaneció un rato mirando a su bebé, incluso a él mismo le quedaban tantas dudas... ¿cómo haría para explicarle esas cosas a Gackt?

Aún había luz en la calle así que abrió un poco las cortinas para dejar pasar esa luz y que esta cubriera la cuna del niño. Había leído que eso era bueno para controlar sus horarios de siesta. Salió de la habitación y caminó por el pasillo con la bolsa de sangre apretada en una mano. Pasó frente a la puerta de Akira pero apenas se limitó a aguzar el oído, todo estaba en calma, quizás también estaba dormido. Se asomó por el barandal hacia la parte baja de la casa, ¿debía ir con Gackt o dejar que él regresara? Quizás era mejor dejarle tomar la iniciativa como siempre. Se metió en la habitación y continuó caminando en estado "zombie" hasta el baño, puso la bañera a llenarse y luego de sacarse toda la ropa se metió al agua.

En ningún momento había soltado la bolsa que tenía en la mano, la apretaba aún con los dedos, pero esta vez dentro del agua.
Sin despegar la mirada del nombre impreso en la calcomanía que cubría el plástico de la bolsa comenzó a divagar. Si volviera a ser humano las cosas no cambiarían mucho, solo aquellos detalles... podría salir a cenar con Gackt, podría sentir dolor... con doble razón tendríamos que usar condón y las marcas que tanto le gusta hacer en mi cuello se quedarían una semana... Sonrió con complicidad a si mismo ante aquel pensamiento, solo un segundo. También probablemente una situación como esta me haría llorar... volvería a sentir... ¿mi amor por él seguiría igual?... Decidido abrió la bolsa debajo del agua y la sangre comenzó a esparcirse por todo ese líquido que lo cubría. Un momento después, el agua había pasado de ser transparente a ser roja... ¿Se considerará infidelidad si la sangre es de alguien con el mismo nombre?- Pensó ciertamente divertido y finalmente sacó la mano en donde tenía la bolsa y la dejó caer a un lado de la bañera. Su cuerpo se hundió poco a poco y por el suelo resbaló el contenedor con el nombre "Satoru" impreso en la etiqueta.

Los minutos en aquella habitación suya transcurrían en completa calma, se encontraba en un estado mucho más relajado e inclusive tuvo un corto sueño por un pequeño momento.

La imagen de Hyde volvía a su mente, no podía evitar el tema por siempre, no podía simplemente evitar al castaño tampoco era justo y honestamente no creía que él mismo soportara estar sin él teniéndole tan cerca. Se incorporó hasta sentarse recto y deslizó ambas manos hasta las teclas del piano, sin hacer que se efectuara ningún sonido pasó los dedos con suavidad por algunas de ellas.

Si Hyde fuera humano ... bueno a esas alturas nada de lo más importante cambiaría, todo seguiría igual, salvo que él mayor sentiría como él, posiblemente se enojaría o entristecería cada vez que discutieran... pasarían cosas así.
Se puso de pie, por el momento prefería no dirigir palabra alguna a su koi, era mejor que la situación se calmara completamente antes de efectuar cualquier tipo de movimiento, seguro él también tenía cosas que pensar. Salió de aquella habitación, todo en completo silencio salvo un sutil ruido de agua que venía del baño.
Seguramente era el castaño ¿Qué estaría haciendo? ¿ Dándose un baño?. Aún pese a sus pensamientos se acercó hasta la puerta. - Haido... - Le llamó aunque sin respuesta, todo seguía callado y el sonido del agua cada vez era menos. - Haido - Volvió a llamar y nuevamente sin resultados. Tomó la manilla dubitativo y la giró lentamente, estaba abierto, empujó la puerta y vio aquella tina con aquella roja agua.

Repentinamente y dando un giro de 180 grados su corazón se aceleró. ¿Qué demonios era eso?. Aún pese al color podía notar el cuerpo del mayor sumergido ahí. Se acercó con rapidez ignorando por completo aquella bolsa de sangre que había cerca y metió ambos brazos tomando el cuerpo ajeno por la espalda. - ¡¿Qué haces?! - Preguntó con la voz alzada notoriamente preocupado y obviamente olvidando estúpidamente que Hyde era un vampiro, no podría cometer alguna irresponsabilidad y terminar con su vida así como así.
Aún cuando se enojara mucho con el otro, aún cuando no quisiera hablarle por un rato... aún con todo eso jamás podría soportar que algo le pasara, de eso estaba totalmente seguro. Hyde era su novio, la persona a quien más amaba, con la que había decidido compartir su vida... de quien estaba irrevocablemente enamorado.

Aún sosteniendo el delgado cuerpo de su koi con un brazo peinó las mechas de cabello que este tenía sobre su rostro hacia atrás. - ¿Eres idiota? no me des estos sustos - Susurró con el ceño fruncido, pero más tranquilo cuando el castaño había abierto los ojos...

Se había hundido hasta que el agua lo cubrió por completo, hasta perderse en la paz que se escuchaba debajo del agua, esa tranquilidad que podía sentir solo cuando sus oídos se llenaban de líquido y todos los sonidos del exterior desaparecían. Mantuvo los ojos cerrados y relajó el cuerpo. Fue por eso que no escuchó cuando Gackt entró en el cuarto de baño. Pero apenas había pasado un momento cuando sintió como su cuerpo era jalado violentamente hacia afuera. Primeramente permaneció quieto entre los brazos de su novio, no quiso abrir los ojos ni mover ni un solo músculo. Pero pronto abrió los ojos con calma, pero sin mirarlo, escuchando sus palabras.

Hizo un ligero puchero y lentamente subió una mano húmeda al cuello de su koi, sin importarle que mojara las ropas ajenas y escondió la cara en su pecho. -Tonto, aunque el suicidio me fuera posible, no te dejaría- Murmuró con la voz amortiguada y subió la mano de su cuello a su cabello acariciándolo con suavidad. Se apartó un poco y le miró a los ojos un momento mientras ahora le acariciaba el rostro. Le sonrió y se soltó de él, posteriormente observó el agua teñida de rojo en la que estaba sumergido, movió las manos dentro de esta perturbándola de un lado a otro.

-La condesa Báthory tenía la idea de que la sangre de las doncellas la mantendrían joven y hermosa por siempre...- De pronto juntó las rodillas a su pecho encogiéndose hacia esa orilla de la bañera. Se acomodó un mechón mojado de cabello detrás de la oreja y miró a Gackt. -Perdón por asustarte-

- Pero ¿cómo querías que reaccionara si estás aquí con esto... - Respiró hondo y se puso en cuclillas para apoyar los codos en el borde de la bañera.
¿Quién rayos era la condesa Báthory?, bueno eso no importaba. Se tomó la cabeza con ambas manos.
- No sé que haré contigo... - Dijo con una pequeña sonrisa mientras miraba al mayor. Desvió la vista a un lado y ahora se apoyó con los antebrazos, ahí a un costado divisó aquella bolsa, se estiró un poco hasta que la tomó.

- ¿Satoru? - Suspiró y se incorporó, sería mejor que se llevara aquello y lo botara en algún lugar donde Akira no pudiera encontrarlo. Dio una última mirada a su koi. - No tardes mucho, Akira podría bajar... - Le informó antes de darse la media vuelta y salir de ahí.
Se miró la camisa blanca que llevaba, que justamente ahora no era tan blanca habiendo adquirido el color rojo del agua, también se cambiaría la ropa.

Primero fue hasta la cocina, metió la bolsa de sangre ya vacía en otra de color negro, aunque se quedó observándola un momento. Era increíble que el castaño se mantuviera con aquello, pero así eran las cosas... botó aquello en el basurero y fue rumbo a la habitación que compartía con Hyde, se quitó la ropa y dejó las prendas en el cesto de ropa sucia que se encontraba en el baño de aquella habitación para volver hasta su armario y tomar prendas limpias las cuales no tardó en ponerse.
Se sentó en el borde de la cama y miró hacia uno de los ventanales, aún estaba molesto con Hyde y eso seguro que el mayor lo había notado...

Le observó en silencio y cuando tomó la bolsa sonrió de la misma forma, apenas visible. -Fue una coincidencia...- Mintió mientras le miraba incorporarse y alejarse. Escuchó su consejo y asintió. Nuevamente volvió a quedarse solo en aquel cuarto y sin pensar mucho continuó lo que había comenzado y volvió a hundirse en el agua. Pasó así un buen rato, los sonidos eran escasos y muy lejanos, los pocos que hacía Gackt en la habitación. De pronto perdió la noción del tiempo, ¿qué pasaría si se dejaba ahogar? Supuso que solo despertaría después de un rato.
La inmortalidad era increíble. ¿Qué haría sin ella?

Aquel pensamiento le hizo abrir los ojos, todo estaba rojo, de inmediato salió del agua, se limpió la cara quitándose el líquido que la cubría con una mano y se acomodó el cabello hacia atrás. Nuevamente miró a su alrededor. No quería estar así, solo quería decirle a Gackt todo lo que había que decir... de una vez y sin pensarlo, si después de eso quería seguir con él, bien y si no... tendría que aprender a vivir con eso.
Quitó el tapón de la bañera y dejó que el agua ensangrentada corriera, abrió el grifo de la ducha para quitarse el resto de esto que pudiera tener en el cuerpo y cuando terminó, se puso una bata para salir de ahí. Caminó con decisión hasta la habitación que compartía con el cantante y al encontrarlo ahí, cerró la puerta tras de si.

Con paso firme se posó en frente de él con una mirada seria en el rostro y esperó a captar su atención antes de comenzar a hablar. Y a pesar de esa mirada penetrante, habló con calma. -Siempre tuve la idea de que el pasado no iba a importar una vez que estuviera en el futuro. Me he pasado la vida entera obligándome a olvidar a toda esa gente que maté y todas las cosas malas que hice.- Inspiró largamente, mantenía los brazos cruzados sobre la bata y casi podía juntar sus rodillas con las ajenas y sin esperar una respuesta, continuó.

-Cuando supe que estaba enamorado de ti me propuse dejar todos esos recuerdos en donde corresponden... he intentado ser la persona que tu quieres por el simple hecho de que tu ya eres la persona que quiero... hice muchas cosas que sinceramente no quiero contarte, porque a pesar de que no me arrepiento, no estoy orgulloso de ellas y ahora solo quiero una vida tranquila a tu lado, Gacchan.- Le miró durante largo rato y mientras esperaba una respuesta de su parte, se sentó en una orilla opuesta de la cama, dándole la espalda. Sabía que no iba a convencer al menor tan fácilmente pero ahora sin duda se sentía un poquito mejor.

Se había quedado pensativo con la vista fija en un punto imaginario en el exterior hasta que la puerta abrirse le interrumpió, supuso que se trataba de Hyde, pero no le miró sólo hasta que este se posicionó justo en frente y habló. Giró el rostro tranquilamente y lo alzó ligeramente hasta que pudo observar su rostro. Le dejó hablar sin interrumpir sólo hasta que fue su turno.

Sonrió amargamente mientras su koi se sentaba en el lado opuesto dándole la espalda. - Jamás te reclamaría algo que hiciste mucho antes, incluso antes de que yo existiera... pero si me has estado ocultando cosas que son realmente importantes en estos momentos ¿cómo demonios quieres que reaccione? - Se inclinó hacia adelante apoyando un codo sobre su rodilla y así sostuvo su frente. - No puedes ser perfecto Haido, entiéndelo... eso es lo que ha causado todo esto... el que quieras ser perfecto para mi... yo te amaba aún antes de saber lo que eres... no voy a dejar de amarte sólo porque esté en desacuerdo con algo tuyo - Frunció el ceño y apretó el puño que tenía libre sobre su muslo.
Se sentía frustrado, sentía que en cualquier momento colapsaría. - Nunca tendremos una vida tranquila, eso no existe para nosotros... maldición ¿no lo entiendes?... no te critico eso... no lo he hecho... - Suspiró comenzando a resignarse. - Es esa estúpida manía tuya de ocultarme las cosas, si sabes que a nuestro hijo podría pasarle algo ¿por qué no me lo dijiste? ¿por qué cargar tu solo con todo?... sé que sólo soy un humano y lamento que pienses que no soy lo suficiente fuerte para cuidar a Demian o Akira... al menos lo hubiera intentado, hubiera puesto de mi parte... -

Cerró los ojos y respiró hondo, pero en vano... tenía demasiado coraje y lo demostró cuando guiado por los instintos de querer desahogarse tomó el despertador que se encontraba en la mesita de noche a su lado y lo lanzó hacia el mueble en donde rompió varias figuras de cristal que ahí se encontraban. - Es molesto pensar que además de no confiar en mi consideres que no soy útil como tu... - Chasqueó la lengua y se puso de pie para entrar al cuarto de baño de la habitación...

Ahora fue su turno de escuchar y no se movió de aquel lugar hasta que el sonido del despertador irrumpiendo contra aquellas figuras de cristal le hizo dar un salto que apenas pudo contener cerrando los ojos fuertemente. Se quedó así un momento cuando el movimiento del colchón destensarse ante el abandono del más alto le volvió a poner alerta. Se giró en su búsqueda pero el cantante ya iba rumbo al cuarto de baño. -No te quise ocultar nada, solo...- Le vio desaparecer de su vista y en un susurro terminó la frase. -Solo quería protegerte...-

Frustrado, golpeó uno de sus puños contra el colchón y suspiró con pesadez. Caminó rápidamente hasta el armario de donde sacó ropa limpia y se la colocó. Una vez se hubo abrochado las botas salió de la habitación hacia la de Akira, esta vez si abrió la puerta y luego de verificar que estuviera dormido siguió a la de Demian. El niño tenía los ojos abiertos y observaba su alrededor. Se sentía afortunado de que su hijo fuera tan tranquilo. Se acercó a la cuna y lo tomó en brazos apenas un momento. -Ma~- Murmuró el niño tocando la cara de Hyde y picando sus mejillas con un dedito. -Si solo eres un bebé pequeñito...- Le sonrió ampliamente y lo apretó entre sus brazos con cariño, besó su mejilla y lo devolvió a su cuna.
El niño, de pie en la cuna y sosteniéndose de la rejilla, le señaló repitiendo aquella sílaba para él.

Hyde se agachó lo suficiente para quedar a la altura de Demian y poder mirar al niño a los ojos. -¿Cómo saber lo que eres?...- Dejó su vista fija en la del niño y aunque este la desviaba de vez en cuando, era como si esperara que le diera una señal. Pero simplemente no pasaba nada...

Una vez estuvo en el baño se mojó la cara un par de veces y luego se secó, respiró hondo.
Hace tanto tiempo que no pasaba algo así con el castaño, hace tanto tiempo que no discutían ni que mucho menos él se enojaba, todo había estado muy tranquilo y no es que le gustara esa situación incómoda que el incidente de Demian había causado.

Salió de la habitación, bajó las escaleras y llegó a la sala en donde dejó caer pesadamente su cuerpo en el sofá más grande que se encontraba frente al televisor, tomo el mando del aparato y lo encendió antes de pasar canales distraídamente hasta que dio con uno en donde pasaban un documental sobre historia.
Subió los pies al mueble y entrelazó sus piernas en tanto apoyaba la espalda en el respaldo, soltó un ligero bostezo que ocultó con su mano en el acto. Ya se estaba haciendo tarde y con todo esto ni siquiera había podido terminar lo que debía hacer y mucho menos descansar.

Tomó su laptop que aún estaba sobre la alfombra, la encendió y continuó con aquello pendiente, además eso sería mejor para no pensar en otra cosa aunque sentía como poco a poco sus ojos pesaban aún más hasta que aún con los dedos sobre las teclas terminó por dormirse aunque en un pequeño lapsus dejó el aparato a un lado y estiró las piernas al igual que sus brazos, la TV aún encendida iluminaba la sala, volvió a bostezar, tal vez era mejor que subiera y durmiera en su cama, pero realmente no quería... se quedaría ahí un rato más.

Pronto había vuelto a levantar a Demian y lo había llevado hasta el sofá individual que tenía en esa misma habitación. Lo acunó entre sus brazos y comenzó a arrullarlo y a cantarle como solía hacer cuando aún no había nacido. Le acarició el rostro haciendo hacia atrás el cabello que la caía sobre la frente y lo meció suavemente de un lado a otro. Los ojos del bebé comenzaron a cerrarse al poco rato, era obvio que ya desde unos minutos antes el pequeño tenía sueño y esto era lo único que le había hecho falta.
Apenas terminó la canción y el cuerpo de Demian estaba completamente inmóvil a no ser por el lento respirar y el sube y baja de su pecho. Lo levantó con cuidado y lo devolvió ya dormido a la cuna. El sol se había terminado por ocultar dejando ese color grisáceo en el cielo. Cerró las cortinas que había abierto antes y encendió una lucecita que tenía cerca de la cuna, apenas para que la habitación no quedara completamente en penumbras.

Salió del cuarto en silencio y al pasar por el pasillo se percató del sonido de la televisión, se asomó por el barandal hacia la planta baja de la casa y ahí se encontró a Gackt recostado en el amplio sofá. Se apresuró a su habitación por una cobija ligera y cuando la tuvo echó a andar escaleras abajo. Llegó al lado de su novio y después de quitarle totalmente la computadora, le acomodó la cobija encima. Se agachó para quitarle los zapatos con extremo cuidado y cuando terminó tomó el mando a distancia para apagar el televisor.

Le observó un momento y de pronto sintió ese molesto nudo en la garganta. Le parecía tan frustrante estar así y sentir la necesidad de sus brazos y al mismo tiempo estar consciente de que no podría tenerlos, simplemente porque su malestar y su remedio eran una sola persona. Y lo tenía frente a él. Apretó los puños aligerando aquella presión en el pecho y luego de un suspiro volvió a subir las escaleras. Probablemente esa noche dormiría solo y no le importaba la hora que fuera, ya no tenía ganas de estar despierto.
Llegó a la habitación, cerró la puerta tras él y se sacó la ropa botándola en el piso a su lado de la cama. Buscó y se puso un pantalón de pijama, se metió entre las sábanas y se tapó hasta cubrirse por completo. Cerró los ojos, aunque sabía que no podría dormir, ese ambiente de tensión no le gustaba nada.

Tanto era el cansancio que no se dio cuenta de aquel gesto del castaño aún cuando se acomodó estirado a lo largo del sofá, simplemente se arropó aún más y continuó con su profundo sueño, si preocupaciones, sin molestias, sólo dejarse llevar y descansar...

Al día siguiente fue el sol que se asomaba por los ventanales iluminando todo quien le sacó de aquel trance, mantenía la misma posición desde la última vez que se había acomodado.
Se giró hasta quedar boca arriba, su ceño fruncido denotaba lo desagradable que le parecía aquella luminosidad matutina, posó uno de sus antebrazos sobre sus ojos y soltó un apenas audible quejido en reclamo. Aún estaba soñoliento y aunque la idea principal había sido ir a dormir a la cama no había funcionado, no había amanecido tan mal.

Se quitó el brazo del rostro y abrió uno de sus ojos con algo de esfuerzo, luego fue el turno del otro y así bostezó para luego estirarse.
Se sentó notando por fin la manta y sus zapatos a un lado, no había nadie por ahí y todo seguía en silencio.
Se puso de pie y se talló uno de sus ojos, fue hasta el baño en donde se cepilló los dientes y se lavó la cara, se secó y directamente luego de aquello subió hasta la habitación de Demian, abrió con sumo cuidado pensando que su hijo podía seguir aún dormido, pero no. El pequeño estaba recostado aunque se entretenía con un pequeño y esponjoso peluche hasta cuando notó la presencia del mayor ahí a lo cual reaccionó con una pequeña risa, se sentó y le llamó como solía hacerlo.

Él por su parte sonrió y acercándose a la cuna se fijó en la hora en un pequeño reloj con figuras de animales infantiles que se encontraba en aquella mesita junto a la cuna... las 7am... aún temprano como para que despertaran.
Tomó al menor en brazos. - ¿Qué tal amaneciste pequeño Camui? - Rió en tanto se acercaba ahora hasta las cortinas y las abría dejando entrar la luz, se quedó observando aquel paisaje desde ahí junto al pequeño que movía sus brazos y balbuceaba cosas. - Te amo - Besó la cabeza del bebé mientras lo mecía suavemente de un lado a otro. - ¿Tienes hambre? ... iremos a preparar tu biberón - Dijo antes de salir de ahí rumbo a la cocina...

Habían pasado alrededor de tres horas para que pudiera conciliar el sueño, principalmente porque su cuerpo no estaba acostumbrado a dormir temprano, pero finalmente se quedó dormido sin percances. Al cabo de unas horas sentía que ya no podía estar más así, con todas esas cosas en la cabeza, además las cobijas que tenía encima le estaban provocando un incómodo calor a su cuerpo. Se asomó apenas para asegurarse de que el sol hubiera salido ya, pero la habitación continuaba en completa oscuridad, miró el reloj en la mesita, eran las 4 am.
Se destapó por completo y se recostó con la espalda recta sobre el colchón mirando hacia el techo.

Se concentró unos segundos y de pronto tenía la mente en blanco, ni el enfado de Gackt ni la naturaleza de Demian ni las dudas de Akira tenían cabida en su mente. Tampoco podía ver nada a pesar de tener los ojos abiertos, todo estaba completamente negro a su alrededor. Entrelazó los dedos de sus manos sobre su abdomen y suspiró.
Luego de unos segundos volvió a cubrirse con las sábanas y nuevamente se obligó a dormir, esta vez haciéndolo profundamente.

No reparó en la hora cuando por segunda vez despertó, una vez más sacó la cabeza de debajo de las sábanas y notó que esta vez el sol ya se filtraba por entre las cortinas. Se quedó mirando esos delgados rayos que se dibujaban en la alfombra de la habitación por un largo rato. Su mente estaba despejada pero no quería salir de la cama y enfrentarse a Gackt. Volvió a meterse debajo de la tela y encogió las piernas hacia su pecho.
Al poco rato la puerta de su habitación se abrió pero no quiso molestarse en voltear hasta que escuchó la voz de Akira.
-Buenos días... dormí mucho- Masculló el niño entre dientes, probablemente también acababa de despertar. Rápidamente lo sintió meterse entre las sábanas con él y entonces se giró para encontrarse cara a cara con su hijo. Hacía mucho que no lo hacía, lo acostumbraba más cuando vivían solo los dos, así que esta acción de su parte le robó una sonrisa muy amplia. -¿Cómo amaneciste?-

-Bien- Se limitó a decir y se quedó en silencio, mirando a Hyde. No tardó mucho en volver a hablar. -¿Por qué no me siento especial? No me siento diferente aunque digas que lo soy- Y de repente sus palabras hicieron que su esfuerzo durante la madrugada no rindiera lo suficiente. Y a pesar de sentirse como se sentía, le sonrió al pequeño. -Tal vez ahora no lo sientes pero quiero que estés preparado por si algo sucede, Akira-chan. Tal vez yo no sea la persona correcta para orientarte pero haré lo posible- Volvió a sonreírle mientras le acariciaba el cabello. -De todas formas después te llevaré con un experto en el tema para que nos apoye ¿si?-
-¿Quién? ¿Un hombre lobo de verdad?-
Hyde solo le sonrió. -Ve a lavarte para que desayunemos- Akira respondió con un puchero de inconformidad pero le obedeció y salió de su cama.

Aún tardó en decidirse y se dio de vueltas en la cama antes de salir de ella. Miró el reloj, eran las siete con quince minutos. Se puso una camiseta sin mangas y entró en el baño para lavarse la cara, se miró al espejo un momento. -Más de cien años mirando en el espejo la misma cara...- Sin siquiera proponérselo se encontraba nuevamente pensando en aquel tema. ¿Sería posible volver a ser humano? Lo que le hacía preguntarse, ¿a dónde se había ido su alma aquella vez que le fue arrebatada?...
Aunque de todas formas el alma era algo que ni siquiera los humanos sabían si existía, ¿qué le faltaba para ser humano? Comer lo que ellos comían, salir al sol sin protección y no morir en el intento, ser más sensible y a la vez menos...
Finalmente, entre sus divagaciones, se secó la cara con una toalla pequeña y salió del cuarto. Akira ya iba hacia la planta baja, le alcanzó en las escaleras y llegaron juntos a la cocina. Pero en cuanto vio a Gackt se le revolvió el estómago, como aquellos primeros días en que se había enamorado de él. -Estúpido y sensual Gackt...- Desvió la mirada.

-Buen día- Saludó como si nada y fue hasta donde Demian para besarle una mejilla y apretujarlo con cariño. -Ya desayunaste?- Le preguntó al bebé con una voz melosa y luego se alejó para buscar una caja de cereal para servirle a Akira en un plato hondo. Cuando lo tuvo listo lo puso frente al niño y se sentó a su lado. Tomó del frutero una manzana y la observó un momento, le dio una gran mordida y masticó lentamente. No, no sabía a nada... sin embargo, continuó comiéndosela tranquilamente.

Cuando llegó a cocina en la planta baja de uno de los muebles tomó uno de los biberones que tenía el bebé, ya antes había preparado eso así que sabía donde estaba cada cosa. Dejó el objeto sobre la mesa y a Demian en su silla. preparó la leche y la dejó reposar un momento para que se enfriara.
El pequeño aún tranquilo sólo observaba su biberón a cierta distancia lo que le hizo sonreír ligeramente, seguro su hijo tenía mucha hambre.

Se sentó a un lado y con los antebrazos apoyados sobre el mesón se dedicó a observarle, así por un momento hasta que probó un poco de la leche que era para el menor, estaba tibia como para que se pudiera beber sin problema. - Ten - Demian lo tomó y bebió enseguida.
En serio se veía tan tranquilo, sólo ahí, bebiendo su leche y observándolo con cierta curiosidad. Sonrió ampliamente y le enseñó la lengua a lo que el pequeño pelinegro respondió con una risa divertida.
Así pasó un rato en el que él por su parte comió algo y bebió jugo en tanto Demian ya se terminaba su biberón.

De pronto sintió pasos en las escaleras, los demás ya habían despertado aunque no reaccionó de ninguna forma, vio como Akira y Hyde se acercaban y el primero se sentaba cerca.
- Hola - Se limitó a responder el saludo de forma seca restandole importancia al castaño, apoyó el mentón en su mano y a pesar de aquella forma de responder le observó fijamente mientras comía aquella manzana. Era extraño verlo comer.

¿Qué había sido lo que le llamó la atención de Hyde?, en todo ese tiempo de aquella relación nunca se había recordado esto. Por muy molesto que estuvieran o muchas diferencias que le hicieran pasar malos ratos, jamás se iban los sentimientos a los que egoístamente se aferraba.
Podía decir simplemente 'Te amo' y arreglar todo lo que estaba ocurriendo, pero por alguna razón no lo haría, prefería que su enojo pasara tranquilamente... quizá en un par de días todo estaría calmado y volverían a la "normalidad".
Ladeó un poco el rostro y respiró hondo aún con la vista fija en su koi...

Le dio otra mordida a la manzana y de reojo captó la insistente aunque notablemente inconsciente mirada de Gackt. Trató de hacerlo pasar desapercibido y miró a su hijo más pequeño. Tenía el biberón ya vacío a un lado y movía las manos de arriba a bajo. También le miraba, pero más específicamente a la manzana. -¿Quieres?- Se levantó y fue por una cucharita para raspar un poco de la manzana y darle al niño en la boca, este la probó y sonrió agradado moviendo más las manos de forma alegre. -Bien! A ti si te gusta- Murmuró entre dientes, le sonrió y continuó dándole manzana con la cucharita.

Por otro lado, Akira de momentos miraba a Gackt mientras comía de su cereal. Y luego de unos minutos en los que solo podían escuchar la leche moviéndose en el plato del niño y al otro pequeño haciendo ruidos mientras comía la fruta, la voz de Akira se hizo escuchar. -Tío Gackt, mi papá va a llevarme a ver a un hombre lobo de verdad- Informó al cantante llamando también la atención de Hyde, quien apenas miró a su novio de reojo y luego miró a Akira un segundo. Pero pronto se giró nuevamente hacia Demian como si aquello no fuera asunto suyo. [color=olive]-Anoche cuando salieron de mi habitación me puse a leer algo de eso en la computadora-

Hyde le dio una última cucharada de manzana al bebé y con una nueva intención de poner atención se giró a su hijo mayor, al parecer aquello ya no iba solamente para Gackt. Dejó la manzana sobre la mesa y una vez más miró a Gackt de reojo, pero su vista terminó por dirigirse nuevamente al niño.
Pero no preguntó nada, simplemente continuó escuchando. Akira, al ver que tenía su atención, retomó la palabra. -Creo que no puedo ser un hombre lobo, ellos son malos y yo no...- Concluyó sin dar más explicaciones pero dejó la cuchara en el plato que aún contenía un poco de leche y volvió a hablar. -También leí que los vampiros están muertos- Hizo una pausa y miró a su hermanito. -Así que tampoco creo que Demian sea un vampiro-

Y dicho esto tomó el plato hondo y lo levantó de la mesa para llevárselo a la boca y beberse el resto de la leche. -Debo terminar mi tarea- Informó y llevó sus utensilios al lavaplatos para luego desaparecer escaleras arriba. Después de que su puerta se cerrara el ambiente se quedó en completo silencio, algo bastante incómodo... Quizás no había previsto la inteligencia de su hijo y que teniendo una computadora, podía leer cuantas invenciones se hacía la gente sobre esos temas.
Y de pronto se sentía lo doble de frustrado que antes. Le había dado a Demian un par de cucharadas más y de un momento a otro se puso de pie. No iba a soportar más ese silencio, tener a Gackt a un lado y ni siquiera poder voltear a verlo sin sentirse ignorado. Dejó la cuchara en el lavaplatos y tomó a Demian en brazos para también desaparecer escaleras arriba.

Su atención luego de un momento fue captada por el mayor de los niños, le observó y escuchó con completa atención aunque no cambió en ningún momento su posición, no dijo nada y mientras más oía lo que el pequeño decía sentía que no lo había entendido del todo, pero después de todo comprendía que era porque efectivamente no sabía todo lo que debía saber y honestamente consideraba que fuera mejor así.
Asintió cuando el niño informó a cerca de sus deberesy volvió a mirar al castaño quien estaba "concentrado" en alimentar a su hijo.

Cuando el mayor tomó al bebé en brazos y desapareció de ahí no se sorprendió, ni siquiera se sintió mal por quedarse solo ahí, simplemente se puso de pie y subió a la habitación para ir directamente al baño en donde se quitó la ropa y se dio una ducha de unos cuantos minutos, con una toalla envuelta en la cintura salió y de su armario tomó algo de su ropa, pero antes de ponerse las prendas buscó en el cajón de la mesita de noche a su lado su abandonado móvil, estaba apagado por lo que lo encendió y se sentó en el borde de la cama.
Su cabello aún muy mojado hacía que muchas gotas cayeran sobre el colchón. Suspiró, tenía un montón de mensajes y todos de su manager.

De todas formas aunque algo se presentara y por irresponsable que sonara no tenía ánimos de trabajo, sólo quería relajarse después de no haberla pasado muy bien el día anterior. Aunque uno de aquellos mensajes captó su atención, era de un miembro del staff e invitaba a él y otros más a juntarse en algún restauran y beber algo.
- Mh... - Miró hacia un lado. Tal vez no sería mala idea, después de todo estando ahí en casa y sin hablar con Hyde no había mucho que aportar y claro que hace mucho que no habían de aquellas juntas.

Dejó el aparato a un lado y se puso su ropa, se arreglo el cabello y claro que también se puso algo de perfume, al salir de la habitación estuvo tentado a simplemente irse sin decir nada, pero mejor no... fue a la habitación de Demian esperando encontrarse ahí con su novio teniendo suerte, se apoyó en el marco de la puerta. - Voy a salir, no sé a que hora volveré... - Informó al mayor antes de acercarse al bebé y besar su frente. - Nos vemos - Sonrió al menor de los tres ahí y se giró hasta mirar fijamente a su koi, así se quedó un momento como cuando estaban en la cocina y así salió de la habitación...

Llegó con Demian a la habitación de este y luego de mecerlo un rato para que el bebé pudiera sacar algo de aire que le hubiera podido quedar por la reciente ingesta de leche y de que abriera la cortina para dejar entrar la luz del sol, lo metió en su cuna. Acercó un banquito y lo acomodó junto a esta para sentarse al lado de su hijo. El niño permaneció de pie y él tomó una de sus manitas. Ese nudo en la garganta que había sentido la noche anterior y a pesar de que esa madrugada se había obligado a sentirse mejor, volvió.
Se sentía tan mal y no sabía por qué, sabía que lo había arruinado y que Gackt estaba muy enojado, que a pesar de eso pronto podrían volver a estar bien pero eso no le quitaba ese sentimiento de vacío e impotencia cada vez que su mirada se cruzaba con la del cantante.

En ese momento maldijo su "capacidad" para intensificar sus sentimientos. Maldijo a Gackt por ignorarlo y se maldijo a si mismo por dejar que esto le afectara. Sin poder evitarlo una lágrima escapó de su ojo derecho y terminó por apoyarse en la orilla de la cuna, era terrible tener que sentirse así... y ahora que lo pensaba, si fuera humano tal vez la frialdad de Gackt le dolería menos. ¡Qué ambiguo era todo eso! Suspiró. La puerta de la habitación se abrió luego de unos minutos pero por obvias razones no se giró.

Se limitó a asentir con la cabeza. Se limpió rápidamente la cara cuando Gackt se acercó a besar al bebé y desvió la mirada. Sentía la ajena sobre él pero lo último que quería era hacerle creer que quería darle lástima. -Cuidate- Añadió aliviado una vez el menor se alejó y salió de la habitación. Volvió a suspirar y tomó a Demian en brazos nuevamente, lo sostuvo un momento y se quedó en silencio, hasta que la puerta principal se abrió y se cerró con un golpe lento. Salió del cuarto hacia la habitación de Akira y entró en esta. El niño estaba inclinado sobre el escritorio haciendo sus deberes. Era mejor si aprovechaba y le aclaraba ciertas cosas a su hijo...

Salió de ahí rumbo al estacionamiento, se subió el automóvil y así se dispuso a pasar el día de forma más relajada.
Al final habían hecho lo planeado en aquel mensaje, se reunieron en un restaurante comieron y bebieron un poco hasta altas horas de la noche o madrugada mejor dicho.

Hace mucho tiempo que no bebía y ahora había sido una gran oportunidad además como para "pasar las penas", ya era hora de irse, tuvo que esperar un poco antes de salir y así poder conducir de manera más lucida, no es que se hubiera emborrachado, simplemente había perdido la costumbre.
De vuelta al departamento las calleas vacías daban cuenta de lo tarde que era, pero no le dio importancia.
Llegó al edificio, estacionó su automóvil y subió por el ascensor, no tenía cara de estar mal pero si se notaba que había bebido. Miró la hora en su móvil 4am, frunció el ceño... tal vez se había pasado un poco aunque honestamente en su vida de "soltero" eso era una hora de lo más prudente.

Abrió la puerta principal una vez que llegó al último piso y se adentró cerrando con cuidado a su espalda, todo apagado y en completo silencio. Seguro todos durmiendo, se quitó los zapatos y los llevó en una de sus manos hasta que llegó a la sala, entonces los dejó a un lado, miró el sofá en donde había dormido la noche anterior y tras pensarlo un poco negó ligeramente con una mueca de rechazo volviendo a tomar su calzado.

Subió las escaleras llegando a la puerta de su habitación, la abrió lentamente encontrándose con el cuerpo de Hyde que descansaba tranquilamente, dormiría ahí, después de todo el castaño no le había corrido de la habitación ni mucho menos.
Se quitó la ropa exceptuando la ropa interior y así con el mismo cuidado que tuvo todo ese tiempo se metió bajo las sábanas esperando que su novio estuviera dormido y que por supuesto no le hubiera despertado.
Boca arriba respiró hondo y se frotó los ojos antes de girarse para poder mirar a su koi quien le daba la espalda. De alguna forma aquello que pensaba sobre dejar que el tiempo se encargara de desaparecer su enojo estaba funcionando.
Sonrió ligeramente y se quedó así observándole, de seguro el pequeño vocal también estaba molesto y no era para menos, sabía que su actitud no era de las más agradables...

La charla con Akira había dejado al niño un poco más informado. Le explicó el porque no se sentía diferente todavía y le aseguró que nada malo le iba a pasar, a pesar de que ni él mismo sabía a ciencia cierta si eso era completamente verdad. También hablaron sobre los vampiros y la enemistad con ellos, le dejó claro que eso era cosa del pasado y que tampoco estaba obligado a ser una mala persona. Le sugirió también que no dijera nada en el colegio aunque ahora no estaba seguro de que pudiera seguir esa instrucción, ya que era un niño aún y fácilmente podía fascinarse por algunas cosas así como tener una necesidad para presumirlas, por así decirlo.

Más tarde, después de comer lo llevó al colegio, llevó a Demian al parque un rato y volvieron al departamento antes del atardecer. El bebé durmió gran parte de la tarde y él no tuvo nada mejor que hacer que encender aquel aparato en la sala. Paseó por los canales sin prestar real atención a ninguno hasta que encontró una película aparentemente de terror. La miró un rato pero justamente estaba por el final. A las ocho llamó a un androide pues no podía dejar solo al pequeño y se apresuró a recoger a Akira en el colegio.
Al poco rato volvió por segunda vez al departamento. Le dio a su hijo mayor un vaso con leche y algo ligero para después mandarlo a lavarse los dientes y acompañarlo a su habitación. Lo arropó y finalmente llegó a su propio cuarto.

Tomó una ducha rápida y se metió a la cama, nuevamente temprano. Se dio de vueltas en el colchón, quedándose en silencio cada cierto tiempo por si escuchaba la puerta. A pesar de haber intentado no pensar en el tema durante el día ahora no podía evitarlo. Sin embargo las horas pasaron sin interrupción alguna y no fue hasta pasada la media noche que pudo "dormir".
No sintió que hubiera pasado mucho cuando el ruido de la puerta principal lo despertó, y eso fue solo causa de dejar que sus sentidos estuvieran alerta a todo movimiento. Suspiró ya con los ojos abiertos y permaneció quieto en su lugar hasta que la puerta de esa habitación se abrió. Sintió el movimiento de las sábanas y la respiración de Gackt a su lado.
Ahora no estaba seguro de poder seguir durmiendo...

Pasó un rato observando, tal vez no podía simplemente seguir sin decir nada, pestañeó un par de veces fijándose en aquellas alas tatuadas en su espalda, siempre le habían gustado, era como el sello personal de su novio una característica bastante especial en él.

Suspiró resignado y se acercó al cuerpo ajeno hasta pegar ambos cuerpo en tanto le abrazaba entrelazando sus propias manos sobre el abdomen de su koi. Depositó un pequeño beso en su espalda y pegó la frente a esta para luego cerrar los ojos.
Ahora que lo pensaba él siempre era quien terminaba tomando la iniciativa en cosas como esas y bueno la verdad era que anteriormente siempre había sido nada más que su culpa y por supuesto lo asumía.

Posiblemente era el alcohol que aún tenía en la sangre lo que le había hecho terminar por ceder ¿pero ceder a qué? ... no era como si él hubiera sido quien una vez más hubiera cometido un error, no tenía por qué disculparse, simplemente ya no quería seguir no teniendo comunicación con su novio, con quien compartía toda su vida, era como si algo le hiciera falta...
- ¿Estás enojado? - Susurró esperando a que el mayor estuviese despierto y que claro le respondiera...

Un alivio repentino llegó a su pecho cuando Gackt lo abrazó de aquella forma, no pudo evitar sonreír ligeramente. Durante más de 24 horas había necesitado de eso y podía sonar impaciente o desesperado, pero se sentía mejor. Y como por arte de magia, de inmediato sintió ese calor especial recorrerle el cuerpo, ese que solo el cantante le daba al sostenerlo así. Pero aún con todo eso, se quedó quieto y esperó a que dijera algo. Y apenas aquellas palabras acudieron a la boca de su novio tuvo la necesidad de soltar una risa. Habían llegado a su mente ciertas escenas de él mismo haciéndole esa pregunta a Megumi a lo que ella siempre respondía que no, aunque él sabía que mentía.

Su sonrisa se amplió un poco, más por diversión que por el hecho de que Gackt le dirigiera nuevamente la palabra. -Si- Respondió en un susurro seguido de una pausa. -Me odio- Agregó finalmente y llevó una de las manos que tenía sobre el colchón a las manos ajenas entrelazadas sobre su abdomen. -Sé que siempre lo digo, pero ya no quiero arruinarlo más- Tragó saliva y se giró un poco apenas para mirar al menor. -Perdóname Gacchan...- Hizo un tierno puchero, levantó la mano libre sobre su hombro para tocar el rostro del cantante y acarició su mejilla con cariño. -No quiero perderte-

Con cuidado se giró 180º hasta quedar frente a frente con él por debajo de las sábanas. -No tienes idea de lo ridiculamente mal que me pongo solo porque no me hablas.- Confesó seguido de una risa ahogada y pasó un brazo por debajo de los contrarios, abrazándose a su cintura. Se acurrucó ahí, ese lugar entre sus brazos que sentía tan suyo.

Miró su rostro cuando el otro se giró y asintió antes de tomar posar ambas manos sobre su cara y acercarse hasta terminar por unir ambas bocas en lo que se convirtió en un beso bastante profundo y prolongado, pasó una de sus manos hasta su nuca y así luego de un momento se separó relamiéndose los labios.
- Tengo sabor a ron... - Susurró, pero aún así depositó un pequeño beso más en sus labios y luego uno en su mejilla para volver a abrazarle, esta vez rodeando su cuerpo y estrechándolo con fuerza.

- No quería decirlo... pero siento haber hecho que te sintieras mal, sabes que te amo... eres una de las personas más importantes para mi y tampoco quiero perderte - Le sonrió cariñosamente.

En realidad no había pensado siquiera en lo mucho que le afectaba a su koi el hecho de no hablarse, sólo hasta ahora lo asimilaba ya que él mismo lo había dicho. De todas formas se daba cuenta del orgullo de Hyde o tal vez sólo era su forma muy infantil con la que respondía a cosas así.
- Te amo - Repitió con una sonrisa divertida volviendo a besar apenas sus labios.

Besó y apretó a Gackt con toda esa necesidad que desbordaba por su cuerpo, como si no hubiera un mañana. -Te amo- Dijo al fin al mirar nuevamente sus ojos y aceptó cariñoso sus besos. Se abrazó escondiendo la cara en su pecho y pronto el silencio los invadió. Ahora sentía que podía dormir tranquilo sin importarle nada.

Cerró los ojos y se dejó llevar, dormiría al menos un par de horas más y ya verían que pasaba ese día.
Durante largo rato tuvo sueños confusos pero con algunos detalles muy reveladores y a pesar de no comentarle nada sobre ellos a su novio a la mañana siguiente, si de algo estaba seguro en ese momento, era de que sin dudarlo dos veces haría lo que fuera por Gackt... incluso renunciar a la inmortalidad.